Ópera en cinco actos
Música de Charles Gounod (1818-1893)
Libreto de Jules Barbier y Michel Carré, basado en la obra Faust et Marguerite (1850) de Michel Carré y en la obra homónima (1808) de Johann Wolfgang Goethe
Estrenada en el Théâtre Lyrique de París el 19 de marzo de 1859
Estrenada en el Teatro Real el 18 de enero de 1865
Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con De Nationale Opera & Ballet de Ámsterdam
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Dirección musical: Dan Ettinger
Dirección de escena: Àlex Ollé (La fura dels Baus)
Dr. Faust: Piotr Beczala
Méphistophélès: Luca Pisaroni
Marguerite: Marina Rebeka
Valentin: Stéphane Degout
Wagner: Isaac Galán
Marguerite: Marina Rebeka
Valentin: Stéphane Degout
Wagner: Isaac Galán
Después de un tiempo de inactividad, básicamente por motivos
laborales o la falta de los mismos, volvemos a retomar la actividad de mi pobre
blog, tan olvidado.
Ha costado quitarle las telarañas y el polvo acumulado. Pero
merecía la pena retomar las crónicas, otrora tan numerosas con la presente, con
motivo de la asistencia a nuestra primera ópera de la temporada: Faust de
Gounod.
Aprovecho para comentar que las crónicas, van a tomar un
giro diferente: más crudas, más sashimi,
menos elaboradas… el objetivo es poder tener crónicas, sin que me cueste un
mundo hacerlas, que cuando no hay tiempo para ellas sucede lo que hasta la
fecha: que no salen crónicas.
El primer cambio de estilo cronista viene porque no siempre
va a ser una crítica a los cantantes. En este caso será la puesta en escena la que
va a centrar la crónica.
Si Ud. es seguidor habitual del blog, sabrá que las puestas
en escena “modernas” rara vez han encontrado elogio en estas páginas, más bien
al contrario: Bazofia ha sido lo más suave que he dicho de ellas. Y sin embargo
de un tiempo a esta parte, no solo no me molestan, sino que, pásmense, hasta me
gustan. Lo fácil sería decir que la culpa la tiene el que esto escribe que,
como un buen vino, ha madurado adecuadamente. Es verdad que voy más abierto de
mente, pero como le comentaba a la co-autora del blog (en la sombra)
Zerlinetta, los registas se lo están currando bastante más. El ejemplo más
fácil de esto es el primer acto de la ópera, donde un viejo doctor sale de una
especie de urna con un traje casi espacial, y se sienta a cantar su
desesperación que le quiere llevar al suicidio.
Al viejo doctor Fausto; le da
vida Piotr Beczala, tenor de voz bella que canta con gusto y legato adecuados.
Sus mejores momentos vinieron en cuanto se liberó del primer acto que le
obligaba a dar peso a la voz y pudo elevar la emisión. En su debe está la zona
aguda y sobreaguda, con tendencia al falsete reforzado y abuso del golpe de
glotis; Y como decía la puesta en escena aquí se nota: La historia que la
música nos está contando encaja con lo que estamos viendo: música y
escenografía van de la mano contándonos lo mismo. Gran trabajo de Àlex Ollé (La
fura dels Baus), la Escenografía de Alfons Flores y los Figurines de Lluc
Castells, sobresalientes todos ellos.
El vestuario tantas veces olvidado, merece un gran elogio:
Como ejemplo la caracterización de Luca Pisaroni en su papel de “Mefistófeles”. Pisaroni compone un
diablo bastante cabroncete, con la carga de comicidad que la interpretación
elegida necesitaba, excepto en el cuarto acto en la escena de la iglesia, que
sale disfrazado de Jesucristo crucificado, suplantando a este en la propia
iglesia: suplantación que produce verdadero miedo pues aquí sí que está
presente la naturaleza maligna del demonio. Vocalmente Pisaroni cumple, aunque
se le echa en falta unos graves que no tiene: en “Le veau d'or” se nota
demasiado esa falta de contundencia y en algunos momentos no se le oye. Sin embargo,
me gustó mucho su trabajo, siendo uno de los triunfadores de la noche.
La segunda gran triunfadora de la noche fue la Margarita
de Marina Rebeka . Con unas facultades canoras generosas, de
agudos tremendos en volumen y proyección, aunque con leve tendencia al exceso,
y centro poderoso, siendo perfectamente audible tanto a media voz, como cuando
dio la espalda a la boca del escenario. El problema que le veo es que prefiere
el volumen a la intención: faltan matices, no consiguió transmitir ni inocencia,
ni candor, ni la tristeza por el abandono de Fausto. También quedó feo la
excesiva exhibición de medios en el “Alerte
Alerte! Del final, en el que ella sola tapó a sus dos compañeros de reparto.
Debe corregir esto porque facultades para ello tiene.
Volviendo al vestuario: La caracterización de los soldados,
con una equipación más que sobrecargada es motivo para pedir un aumento de
sueldo. Pero dado el aire futurista con el que había comenzado la función no
estaban fuera de contexto. Todo lo mencionado no le impidió al barítono Stéphane Degout que encarnaba
a Valentín cantar, y muy bien, su personaje. Buen gusto, excelente línea canora
y una gran musicalidad son cualidades que lo adornan. La pena es que la voz la
tiene aplastada contra la máscara. No está liberada y suena con un punto de
guturalidad y nasalidad que la hacen perder proyección y brillo: Sin embargo
cantó el “O sainte médaille... Avant de quitter ces lieux” a la altura, por
gusto, línea, matiz e intención de un Galeffi, lo que le redime a mis
(interesados) ojos de todos sus posibles pecados…
Haremos gracia al lector de más detalles de la puesta en
escena, para que sean descubiertos por quienes asistan a la función, y les
pueda sorprender y gustar tanto como a mí.
Para terminar, mencionar mi desagrado con la dirección del
coro empeñada en hacer cantar a gritos a sus componentes, lo que se traduce en
una difusión de la musicalidad en favor del estruendo. No hace falta. Pero el
director del coro tiene sus propias y originales ideas…
Excelente la dirección musical de Dan Ettinger, que
hizo sonar la orquesta a un nivel más alto de lo habitual.
Completaron el reparto, Isaac Galán como Wagner, Serena
Malfi como Siebel y Sylvie Brunet-Grupposo como Marthe. Buenas
prestaciones de todos ellos.
En definitiva: Excelente comienzo de la temporada.
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