Pocas veces voy a estar de acuerdo con los habitantes de las casas de vecinos....pero aquí os traigo una crónica firmada por un "vecino"
De la misma manera el EXCelso Albelo consiguió demostrar lo que es EL CANTO frente al mero hecho de cantar... Con una voz bien timbrada (desbordante de brillo en el agudo) y un control del fiato de manual, el canario nos agasajó con una lectura del Duque que desbordaba los límites de la propia partitura: el detallismo y la exquisitez rozaron cotas raramente vistas por mí en teatro (y los que me conoces sabrán hasta qué punto es fino mi oído...). Entrar en su juego fue una experiencia increíble, siguiendo las modulaciones de su voz en cada sílaba, dejándome llevar por el sentido de su canto y divirtiéndome descrifrándolo. Los hay que tienen una voz de 10 y se conforman con el 9. Albelo tiene una voz de 9, pero aspira en todo momento al 10. Leo con inverosimilitud críticas a su aspecto físico... ¿A quién puede importarle los kilos cuando la interpretación está completamente dibujada hasta en los detalles más ínfimos? Más allá del derroche técnico del si natural filado, conseguir imprimir de carácter a un aria tan obsoleta como es La donna é mobile, filando el primer "d'acento", coloreando con una messa di voce el segundo... Un verdadero maestro.
¿Por qué me gusta tanto esta crónica? Por varias razones. Mas de uno, en las casas de vecinos, se frotaba las manos por anticipado, pensando en que el Rigoletto madrileño iba a ser un desastre, y que si hubiera estado JDF hubiera sido la hostia. La interpretación de Celso sorprendió a muchos, de tal suerte, que solo han podido oponer leves reparos a su actuación, y la mayoría de ellos por que han leído de algunas fuentes bien informadas, por que de canto no tienen ni puta idea. Incluso alguno ha tenido que recurrir al aspecto físico para criticar algo (¿Acaso el pobre Pavarotti estaba delgado?) La rabia que se ha leído en algunas intervenciones, mal disimulada, ha provocado en quien esto escribe una fuente amplia de hilaridad que ni contiene ni disimula, por que no lo necesita.
La crónica que cito, y si el autor de ella quiere ya me pondrá un comentario, es de la función de Nucci. Que casualmente ha sido un acontecimiento, por que los gustos del publico madrileño, se pongan como se pongan los "pro-Mortier", están en la buena Opera y no en la horterada. Y en tan magno acontecimiento, un tenor, español, estaba allí, recibiendo alabanzas, por que ESTUVO A LA ALTURA DEL ACONTECIMIENTO. Que no es decir poco. Se podrá criticar si fue preparado o no, bla, bla, bla. La realidad es que el publico madrileño volvió a decir NO, A MORTIER, que es la lectura correcta. Y le dijo a Mortier, y a los responsables, que lo que quieren es la Opera que les gusta CON CANTANTES DE CALIDAD. Y CELSO estaba allí, y no otro tenor.
Por cierto, como ya me he aprendido la lección, paso de opinar sobre la crónica en si. A partir de ahora escribiré panegíricos en la medida de lo posible. Y si tengo algo que decir lo haré, pero solo lo entenderá el que haya estudiado. Estoy harto de que lo que escribo, que podría ser de utilidad, se convierta en un arma arrojadiza.
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