Teatro Real de Madrid: Otello de Giuseppe Verdi.
Dramma lirico en cuatro actos
Música de Giuseppe Verdi (1813-1901)
Libreto de Arrigo Boito, basado en la obra de teatro Othello, or The Moor of Venice (1603) de William Shakespeare
Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, el 5 de febrero de 1887
Estrenada en el Teatro Real el 9 de octubre de 1890
Nueva producción del Teatro Real, en co-producción con la English National Opera y la Ópera Real de Estocolmo.
Ficha Artística:
Dirección musical: Renato Palumbo
Dirección de escena: David Alden
Escenografía y figurines: Jon Morrell
Iluminación: Adam Silverman
Coreografía: Maxine Braham
Dirección del coro: Andrés Máspero
Dirección del coro de niños: Ana González
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Otello: Gregory Kunde
Iago: George Petean
Cassio: Alexey Dolgov
Roderigo: Vicenç Esteve
Ludovico: Fernando Radó
Desdemona: Ermonela Jaho
Montano y Un heraldo: Isaac Galán
Emilia: Gemma Coma-Alabert
Una sensación agridulce.
Camino de casa, después de haber asistido al Otello verdiano que por estos días se representa en el Teatro Real, se revolvían dentro de mi dos sentimientos encontrados; la alegría de haber podido asistir a la representación de una ópera que su dificultad hurta de las temporadas de los teatros, y por otro lado la desazón de constatar que verdaderos intérpretes para esta ópera hoy en día no existen. La sensación de haber asistido a un Otello a medias, donde las notas del maestro Verdi estaban presentes, así como el libreto, pero donde faltaba todo lo demás: una puesta en escena absurda. Una lectura musical plana, aburrida, ejecutada con un volumen disparatado, y unos cantantes que ciertamente, cumplieron con la parte musical, pero que junto con la orquesta no nos contaron la historia.
Dirección musical.
La parte positiva de la dirección musical es que quizá estemos ante una de las mejores interpretaciones de la orquesta del Teatro Real, de la que no soy un "fan" precisamente. Pero sonó muy bien y es justo reconocerlo. En la parte negativa tenemos una lectura musical alejada de la historia en los dos primeros actos de la partitura: justo donde se está cociendo la tragedia. Diría que opta por compensar la falta de pulso dramático (sus "tempos" son soporíferos ) con un volumen desmesurado. ¿Se imaginan una orquesta donde los metales ahogaran el sonido del resto de los instrumentos? pues eso es lo que hace Palumbo. Ahogar las voces de los cantantes, ¡un instrumento más dentro del conjunto! en aras de una característica que debería obtenerse en la interpretación, no en el volumen. Y cuando digo que ahoga las voces no me refiero solo a algún comprimario inaudible, me refiero a que llega a tapar al coro cantando en "Forte" o "Fortissimo" que ya es montar escándalo.
Aunque el volumen no decrece en el tercer acto, menos aún con la salida del coro a escena cuando llega la delegación de Venecia, parece que Palumbo encuentra la forma de contarnos la ya mas que evidente locura de Otello.
¿Y la parte escénica?
Pues un disparate, como últimamente presenciamos cada vez que vamos al teatro. Los directores de escena siguen empeñados en montar puestas en escena que no aportan nada a la historia y a veces, lo que es peor, terminan por desconcertar a los cantantes que no encuentran la forma de modelar a sus personajes, de adecuar la música a la exigencia escénica. Y en este punto me pregunto si esa debilidad de los cantantes de esta función de contarnos la historia, de hacer creíbles sus personajes, se debe a las características de sus voces, que claramente no son las más adecuadas, o se debe a exigencias de la dirección escénica además de la lucha con el volumen de la orquesta y la lectura musical.
Lo que nos cuentan en esta versión de Otello
Una historia donde un hombre normal termina perdiendo el sentido común ante una trama hábilmente urdida por un personaje enojado por lo que el considera que es una afrenta.
Lo que la historia y la música a mi me dicen.
El propio Verdi se refiere a Otello con estas palabras "aúlla ...feroz como un salvaje" Y esa es la imagen que me ofrece Otello desde el principio. El propio "Esultate" no puedo concebirlo sin pensar en el personaje con los ojos hinchados en sangre.
Es decir: Otello ya está muy tocado psicologicamente desde el principio. Y el resultado final no es más que la explosión de las patologías e inseguridades que el personaje ya lleva consigo. Y la vía para conseguirlo son los celos. Iago ya sabe que su jefe no está bien de la cabeza. Su trama es vil, pero juega con cartas marcadas: sabe de sobra el camino que tiene que seguir para hacer reventar a Otello y en realidad le resulta fácil hacerlo. ¿Pero por qué? porque el propio Iago tampoco está bien de la cabeza. Su locura la encamina mediante una maldad infinita: no vacila en intentar acabar con tres personas por odio a una sola: A Otello. Iago es un personaje temible: da miedo. Y nada de esto se ve reflejado en la versión del Teatro Real que nos ofrece una versión muy simplista de la historia.
Los cantantes
Gregory Kunde es el encargado en este reparto de dar vida al "Moro de Venecia" Su principal defecto es que carece de una zona central ancha: No hay graves y en Otello es un serio handicap por que es aquí donde canta el personaje. Resuelve las partes de extrema dificultad con solvencia: Una zona de paso sólida como una roca y unos agudos potentes y timbrados, pero con poco metal: La construcción de su personaje es la de un hombre atrapado en una red externa, cuando en realidad es prisionero de sus propios traumas, de su inseguridad en si mismo: pero esto no lo refleja: El verdadero drama asoma en el cuarto acto cuando aparece en la habitación de Desdémona. Pero no antes. Y esto lastra una actuación dulce por un lado, porque técnicamente es el sueño de cualquier tenor su manejo del paso y los agudos, y agria por otro, por no construir adecuadamente al personaje central.
George Petean da vida a Iago. Es el menos creíble de los personajes. Es un barítono lírico de escasos graves y demasiado engolado en la zona central. No consigue transmitir nunca la maldad del personaje ya que su canto es monótono. No le observé matices de ningún tipo y eso es otro grave hándicap para la obra al no dotarla del veneno que necesita. Valiente en los ataques a la zona alta, no le da miedo enfrentarse a la orquesta y eso le da valor a su interpretación. Pero desde luego no es un barítono adecuado para cantar Verdi.
Ermonela Jaho da vida a Desdémona. Su mejor momento sin duda lo encontramos en la Canción del Sauce, seguido del Ave maría donde consigue una interpretación emocionante: sabe jugar con los pianos y las medias voces, pero me dio la sensación de ir algo falta de fiato. Por la zona alta la voz se le descontrola supongo que por la necesidad de luchar contra el excesivo volumen orquestal y su interpretación del personaje es quizás la más creíble.
Alexey Dolgov da vida a Cassio. Su principal problema es un timbre poco agraciado. Por lo demás su voz es potente, más de lo que un comprimario suele tener, con una buena resolución de la zona de paso.
Gemma Coma-Alabert Como Emilia: Buena actuación.
Notable el desempeño del coro intermezzo.
Apertil
Alexey Dolgov da vida a Cassio. Su principal problema es un timbre poco agraciado. Por lo demás su voz es potente, más de lo que un comprimario suele tener, con una buena resolución de la zona de paso.
Gemma Coma-Alabert Como Emilia: Buena actuación.
Notable el desempeño del coro intermezzo.
Apertil
1 comentario:
Apertil, como siempre un placer leerte....saludos ..
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