domingo, 8 de diciembre de 2013

Un Elixir excelente en el Teatro Real de Madrid.


Una nota de condolencia

 Ayer Viernes 6 de Diciembre al finalizar la función, supimos de la triste desaparición del barítono finlandés Tom Krause. Vaya desde aquí nuestro mas sentido pésame a sus familiares y amigos.

Y una pequeña muestra de su arte:





L`Elisir d' Amore  Madrid 06/12/2013 Ficha técnica

Melodramma giocoso en dos actos
Libreto de Felice Romani, basado en el libreto de Eugène Scribe para la ópera Le philtre de Daniel-François-Esprit Auber
Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)

Dirección musical: Marc Piollet
Dirección de escena: Damiano Michieletto
Escenografía: Paolo Fantin
Figurines: Silvia Aymonino
Iluminación: Alessandro Carletti
Dirección del coro: Andrés Máspero
· - ·
Adina: Nino Machaidze
Nemorino: Celso Albelo
Belcore: Fabio Maria Capitanucci
Dulcamara: Erwin Schrott
Giannetta: Ruth Rosique

Una producción polémica


Foto: Javier del Real













Como puede verse en esta visión de conjunto, la propuesta escénica en la que el director Damiano Michieletto ha situado la acción de este "elixir", dista bastante de la tradicional. Decir que esta producción había triunfado previamente en Palermo o Valencia, no pareció aval suficiente para el gélido público, y no sólo por la temperatura de la capital, que está asistiendo a las funciones.

Vaya por delante que el que aquí escribe fué al teatro con los ojos inyectados en sangre y un cuchillo entre los dientes, dispuesto a poner "a caer de un burro" a la susodicha producción. Pero sin embargo, según discurría la representación, mi mal humor por la transgresión se iba diluyendo poco a poco. Me estaba divirtiendo y mucho. Probablemente sea la segunda puesta en escena de todas las operas que he visto que puedo decir que me ha gustado. Pero para encontrar estas dos, antes he maldecido no pocas puestas en escena. ¿Por qué cambié de opinión?

Básicamente por que la historia que cuenta la música impacta positivamente en la puesta en escena: Todos los detalles están cuidados al máximo, los personajes están muy trabajados para que la historia resulte creíble, ambientada como lo está, en la época actual. Todo lo que sucede en escena contribuye al cuadro general: los elementos suman en vez de molestar, como sucede tantas veces en otras producciones.

Luego otro  gran acierto de la producción es mantener un alto sentido del humor en toda la obra, sin impedir que los sentimientos de tristeza de Nemorino, cuando cree que no puede conseguir a Adina, afloren, por poner un ejemplo. Mantiene el carácter y los sentimientos de los personajes sin que estos influyan en el "gamberrismo", dicho con todo el cariño, que emana de la producción, ni que ésta los oculte. La historia se cuenta muy bien en esta producción. Funciona realmente. Pocas veces lo veremos. A esto hay que sumar las ganas de divertirse de los cantantes, y de todos los que pisan la escena, y en verdad que lo consiguen: Están a gusto en la escena y eso en el canto se nota.


Foto: Javier del Real














Entonces ¿Por qué el público está tan gélido? La mayoría de las opiniones apuntan a que al público le desagrada la producción. O para ser mas exactos aspectos de ella, como la droga que reparte "Dulcamara". Pero es solo un detalle nimio. ¡Cuantas veces una puesta en escena absurda y sin sentido no ha penalizado a los cantantes!! Por que ellos son los grandes paganos de este desagrado. Y yo creo que es la primera vez que ocurre. En mi opinión no es exactamente la puesta de escena el motivo principal, aunque forme parte de la ecuación. Y me explico:

Madrid está hasta el gorro de Mortier y sus Mortieradas. Son ya ¿3,4 años? de insultos, ninguneos, producciones basura, desprecio en general al público. Y de repente viene un título apetecible como este elixir, y se encuentran con esta producción. Y el público no traga. Esta producción, en tiempos de Moral hubiera tenido otra acogida. Seguro. Pero no ahora. Madrid quiere verse libre de Mortier ¡¡Ya!! Y por desgracia una producción de calidad, se estrella contra el hastío de un público que estoy seguro aplaudiría a rabiar la vuelta de Moral al coliseo madrileño.

La parte negativa de la producción la encontramos en un grave desacierto en el que se incurre con frecuencia. Por razones desconocidas la escena la divide una especie de marco, que debe intentar encuadrar la escena. Pero como ya ocurriera en un Rigoletto hace tres años todos los que se sitúan detrás de ese marco, ven como su voz suena con "sordina". El mejor ejemplo lo tenemos en el coro, que en cuanto salió a boca de escena sonó como un trueno.

La parte musical

 Marc Piollet entendió a la perfección lo que la obra, tal como estaba montada, le pedía. Una dirección ágil, alegre, con chispa, con vida propia, ayudó a llevar a buen puerto todo esto. En su "debe" debemos apuntar un excesivo volumen, demasiado para una ópera donde las voces deben ocupar un plano predominante.

Adina: Nino Machaidze

Dibujó un personaje demasiado serio para lo que pedía el ambiente general. Le faltó algo de chispa para ser el personaje coqueto que el conjunto requería. Siendo Adina como es, tal como ella misma cuenta, hoy estoy con uno, mañana con otro, su caracterización como dueña del bar, en la playa,  le ofrecían excelentes ocasiones para coquetear con todos los "musculitos" que pasaban por allí. Y que no se fijara en un tipo normal, como Nemorino, cuyas virtudes no se encontraban en el físico, es algo completamente normal. Pero esta faceta no llega a explotarla dramáticamente hablando. Vocalmente cantó una Adina tan seria como la parte dramática, Su voz no tiene un  timbre  excesivamente bello, pero lo compensa con una técnica excelente: Alterna el registro grave con el registro agudo con seguridad, sin cambios de color, ni sonidos abiertos, usando la media voz allá donde lo necesita. A mi, personalmente, me gustó mucho.



Foto: Javier del Real
















Nemorino: Celso Albelo

Pocas cosas pueden decirse ya del "Nemorino" de Celso Albelo. Un personaje que tiene dominado gracias tanto a la experiencia de todas las funciones que ya ha hecho en distintos teatros, como a la técnica que atesora. Una voz cálida, redonda, de emisión libre, despegada, que corre por la sala sin esfuerzo, permite al artista modular el canto a su gusto.

 La voz en el centro ha ganado peso, como ya he comentado alguna vez, siendo ahora de un timbre más oscuro, este cambio le favorece por que resalta más su canto:  una sucesión de bellos acordes modulados en claroscuros sugerentes. Un legatto perfecto que engancha las notas con suavidad y como en el caso de Nino Machaidze, no existen cambios de color entre el centro y el paso. Pasaje que hace ya tiempo que tiene perfectamente resuelto.

En la famosa aria, esa que a todos les parece tan fácil como si pudieran cantarla, "Una furtiva lagrima" nos ofreció en la frase "Di più non chiedo," un maravilloso ejemplo de cómo se apiana un agudo. El uso de las medias voces para dar sentido al canto no tiene ningún secreto para Albelo, que sabe cómo susurrar al oído de la sala la melodía. La facilidad para el sobreagudo se mantiene intacta: Como podremos comprobar en los audios, la voz le gira de manera impecable hacia el resonador de cabeza, tal y como establecen los cánones de la técnica, para obtener un sobreagudo poderoso y bien timbrado.






Belcore: Fabio Maria Capitanucci

Cumplió. Vocalmente fué el mas flojo ya que presenta problemas tanto en la emisión, demasiado entubada, y un paso al agudo problemático. Sin embargo, tiene una voz bonita y a pesar de todo no desentonó del conjunto. Necesita liberar la voz, volverla a sentir delante de él, recuperar el apoyo respiratorio para que el paso a la zona aguda no le  presente los actuales problemas de falta de tensión vocal.


Foto: Javier del Real











Dulcamara: Erwin Schrott

Vestido con cierto aire a lo Johnny Depp en "Piratas del Caribe", nos presenta un Dulcamara algo macarra y un punto cabroncete, pero muy acertado. Vocalmente cae demasiadas veces en engolamientos que no le favorecen en nada, ni aportan nada a una voz bien timbrada, libre, de emisión fácil y bien proyectada. Tiene también la manía de recurrir a "parlatos" desimpostados que no acaban de aportar nada al personaje, y afean bastante su canto.

Probablemente sea el personaje más trabajado por Michieletto. En esta producción adquiere un peso en la trama que no recuerdo haber observado en otras producciones. Y no solo ayuda la idea del personaje: La voz de Schrott es importante, mucho mas imponente que la de su colega  Capitanucci. Así los dúos con Nemorino y con Adina cobran una relevancia mayor. Fue muy justamente ovacionado al terminar la función







Los audios

Y llegamos a la parte mas esperada, supongo,  de toda la entrada. Ya he añadido dos de los que dispongo, así que aquí va el resto: El final del primer acto, El dúo de Nemorino y Dulcamara del segundo acto y por supuesto "La furtiva"







Y una petición final

Todavía quedan restos del paso del "Huracán Mortier" por Madrid. Y no sabemos si todavía no quedará alguna réplica. Pero la reciente gala de "Los amigos de la Opera de Madrid", con una nutrida representación de cantantes españoles, mas este excelente "Elixir" que es un título que agrada a los madrileños, aunque en este caso no haya sido apreciado, debería hacer reflexionar a quienes tienen la responsabilidad de dirigir el Teatro Real y las instituciones culturales. La tradición de Madrid por la ópera está fuera de toda duda. España ha tenido y sigue teniendo grandísimos cantantes. El Teatro Real no puede volver a caer en la manos de ningún Mortier más. Madrid debe volver a enamorarse de su teatro, abandonado por el público de siempre, de toda la vida, el público que ama la ópera, que no ha podido ser sustituido por "gafapastosos", el supuesto "nuevo público" que iba a llenar el Teatro. La triste realidad es que en multitud de ocasiones ni regalando las entradas han conseguido llenar el aforo. Madrid debe abrazar otra vez la ópera. Espero que a los responsables les quede ya claro que Madrid no quiere mas "Mortieres" ni en pintura.