domingo, 19 de noviembre de 2017

Carmen de Bizet. Teatro Real 17 de Noviembre de 2017







Música de Georges Bizet (1838-1875)

Libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, basado en la obra homónima (1845) de Prosper Mérimée

Estrenada en la Opéra-Comique de París el 3 de marzo de 1875

Estrenada en el Teatro Real de Madrid el 14 de marzo de 1888

Producción de la Opéra national de Paris

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Pequeños Cantores de la ORCAM

Ficha Artística

Dirección musical: Marc Piollet
Dirección de escena: Calixto Bieito
Responsable de la reposición: Yves Lenoir
Escenografía: Alfons Flores
Figurines: Mercè Paloma
Iluminación: Alberto Rodríguez Vega
Dirección del coro: Andrés Máspero
Dirección del coro de niños: Ana González
· - ·
Zuñiga: Jean Teitgen
Moralès: Isaac Galán
Don José: Leonardo Caimi
Escamillo: Kyle Ketelsen
Le Dancaïre: Borja Quiza
Le Remendado: Mikeldi Atxalandabaso
Frasquita: Olivia Doray
Mercédès: Lidia Vinyes Curtis
Carmen: Anna Goryachova
Micaëla: Olga Busuioc


La temporada comienza bien

Frente a la temporada del año pasado que comenzó absolutamente torcida por culpa mía, al adquirir un abono absolutamente ciego, esta tiene otro cariz. El nuevo abono funciona y la ópera que para nosotros abre la temporada resultó muy entretenida: Todo funcionó sin problemas y la verdad es que se disfrutó de la función. Detalles menos positivos, los hubo, pero no empañaron la impresión general de satisfacción de haber presenciado un espectáculo de calidad.
Lo primero que siempre gusta, o al menos a mi me gusta, es que el teatro esté lleno. Ya sé que llenar el teatro con "Carmen" está "chupao". Pero me gusta esa visión desde mi butaca de un teatro a rebosar. Luego la función discurrirá por donde sea, pero el ambiente "pre" función ya está conseguido.
Las primeras notas de la obertura son vitales, en mi impresión general, para mantener esa "magia" absolutamente personal y propia que vivo en los momentos previos. Y la celebérrima obertura mantiene el ambiente.

Se levanta el telón

Y aquí tengo que hacer la penitencia auto-impuesta: Nada más empezar la función ya noté que la "atravesada" puesta en escena (Ya la llevaba pre-juzgada y casi pre-despellejada) me gustaba. No tengo reparos en reconocer que me equivoqué de cabo a general. (se dice de cabo a rabo, pero yo también quiero innovar y que funcione) ¿Y por qué ese cambio? Trataré de explicarme sin enrollarme, que luego se me "enladrilla" la crónica.
 En mi opinión la mayoría de las puestas en escena modernas, no solo cambian la época de la acción ,que puede no ser malo, sino que además te cuentan otra historia que nada tiene que ver con la obra que se trata de representar. Y aquí no es el caso. Como bien señalaba la "Co-Autora"(en la sombra)  de este blog, Zerlina, en la época que se compone la obra había una "moda" por lo exótico. Y para nuestros queridos vecinos allende de los Pirineos, todo el folclore que va ser introducido en la obra, los toros, el flamenco, etc tenía mucho de exótico....y de bárbaro. Lo que sin duda ayudaba a contar el drama, sumergiéndolo en esa atmósfera tan distinta del mundo civilizado conocido.
  Pero hete aquí que el paso de los años ve como todos esos "clichés" se convierten en "Marca España". Ya no hay exotismo ni barbarie. Y es en este punto donde la puesta en escena aporta gran valor a la historia. La sola presencia en escena de la legión, devuelve el ambiente sórdido y truculento necesario. La llegada de Micaela al puesto de guardia rodeada del destacamento legionario ya pone en antecedentes del peligro que corre. Y no hace falta más. Por mucho que les pese a algunos, ha bastado un destacamento de la legión "en su salsa" para insuflar todo el aire dramático que la obra necesita.

El segundo gran mérito de la puesta en escena es darle valor a los contrabandistas, convertidos en las puestas en escena tradicionales en poco más de una versión cómica de "Curro Jiménez". La salida en el tercer acto de los "Mercedes" de los años 70, coches duros donde los haya, con todo el contrabando, al amparo del famoso toro de "Osborne" nos pone en la situación de su verdadera vida: "bajarse al moro" y como en el caso anterior no hace falta más para comprender que su vida no es un juego y que hay peligro de verdad. De verdad que esta parte me encantó, por lo bien lograda que estaba, por todo lo que transmitía, moviendo 5 o seis coches por la escena con las luces encendidas, mientras el resto del escenario estaba a oscuras.

Hay más detalles pero con lo expuesto basta. Y la penitencia está cumplida.




El elenco.

Hoy, excepcionalmente, voy a empezar por los personajes menos protagonistas: Dancairo (Borja Quizá), Remendado (Mikeldi Atxalandabaso) , Frasquita (Olivia Doray) y Mercedes ( Lidia Vinyes Curtis ). Su parte musical me gusta especialmente y no siempre se cuida en la elección de los cantantes para estos papeles. No es el caso de esta noche donde contamos con cuatro voces de primer nivel para estos papeles. Son cuatro voces perfectamente empastadas entre sí  y con la voz de la protagonista y gracias a eso la función no queda dividida en la parte de los protagonistas y la parte de los comprimarios, resultando un espectáculo sólido y bien ensamblado.

La parte de Micaela le correspondió esta noche a Olga Busuioc, una soprano sobrada de medios que exhibe con generosidad, vengan o no a cuento del papel que interpreta. Posee una voz ancha, con excelente volumen sin forzar excepto en la parte de los agudos, donde aprieta la emisión y como resultado la voz se torna incontrolable. Saca adelante su papel pero echamos en falta,  una matización, una caracterización del personaje mas acorde al libreto.

El barítono Kyle Ketelsen compone un Escamillo eficaz, tosco, pero eficaz. Su timbre resulta algo pastoso, pero resuelve bien su famosa aria excepto cuando tiene que tirar de graves, que son inaudibles. Mucho mejor que en el aria de entrada estuvo en el dúo con Carmen donde mostró una delicadeza de enamorado muy convincente.




El papel de Don José le correspondió al tenor italiano Leonardo Caimi, de timbre  bonito y elegante linea de canto. La voz le corre sin problemas, pero desaprovecha unas cualidades que se adivinan pero que no están trabajadas. Canta exclusivamente en voz de cabeza excepto en algunas partes donde baja la emisión y pone en funcionamiento el resonador de pecho. Es en estas partes donde la voz gana y se enriquece con unos armónicos que en la mayoría de desempeño no usa. Y esto es así por que al bajar la emisión no puede con la voz. De normal, solo con el resonador de cabeza el paso no está muy controlado. Hay cobertura pero insuficiente y TODOS los agudos son en voz de cabeza a media voz. Que en algún momento resulte eficaz y hasta acorde con el personaje no quita para que se ponga de manifiesto una importante deficiencia técnica que en el caso que nos ocupa le resta intensidad dramática. 

La Carmen de esta noche le correspondió a la mezzo Anna Goryachova. Una mezzo de buenas condiciones vocales, timbre oscuro, buenas prestaciones en la zona alta y con los graves correctos. No podemos decir que su personaje esté bien perfilado mas bien lo contrario. Canta canónicamente bien, excepto en el aria de salida, donde sea por que no ha vocalizado suficiente, sea porque es de los cantantes "fríos" que tardan en poner a la voz en marcha, salió con la voz metida en la nariz y, algo inadmisible, respirando donde mejor le venía. Detalle este último que volvió a repetir en algún momento mas de la velada.  Es una cantante interesante y habría que escucharla en algún papel donde no se requiera tanto desgarro en la composición del personaje.




El coro estuvo excelente. Me parece que en ocasiones abusa de los decibelios, pero en esta función estuvo soberbio. Tanto el coro habitual como el coro infantil.


Buena dirección de Marc Piollet al frente de la orquesta Sinfónica de Madrid.

Apertil

lunes, 14 de agosto de 2017

Giuseppe Verdi  Aida

SALZBURG FESTIVAL 


© Salzburger Festspiele / Monika Rittershaus

Roberto Tagliavini, The King 
Ekaterina Semenchuk, Amneris
Anna Netrebko, Aida 
Francesco Meli, Radamès
Dmitry Belosselskiy, Ramfis 
Luca Salsi, Amonasro 
Bror Magnus Tødenes, A Messenger 
Benedetta Torre, The High Priestess 
Riccardo Muti, Conductor 

Konzertvereinigung Wiener Staatsopernchor
Ernst Raffelsberger, Choreinstudierung
Wiener Philharmoniker
Angelika-Prokopp-Sommerakademie der Wiener Philharmoniker, Bühnenmusik

Aburrimiento.

Suele suceder que las expectativas excesivas deriven en decepciones. Y en mi opinión es el caso de esta Aida de la que se esperaba bastante más a tenor de la expectación creada. 


Parte de la expectación venía de la mano de Anna Netrebko como Aida, de la que se ha escuchado/leído un buen número de opiniones; Y como no quiero que se pase el momento quiero dar la mía. Y como resumen diré: Aburrimiento. 

Falta tensión.


Riccardo Muti es un gran director, nadie lo duda, lo que no quita que sus lecturas de la partitura puedan adormecer al personal como en el caso que nos ocupa. Tempis excesivamente largos hacían caer la tensión del drama en casi toda la ópera. Y la culpa no era solo de Muti; la absurda puesta en escena, donde no se sabía si estaban cantando la "Flauta mágica".....



 © Salzburger Festspiele / Monika Rittershaus

o cualquier otra cosa impedían relacionar la lectura musical, excesivamente lenta, con la historia que nos estaban contando. Solo en el primer acto el aria "Ritorna Vincitor" discurrió por los cauces de dramatismo que la música requería, o en el cuarto acto "Ahime! .. morir mi sento " con Amneris , Ramfis y el coro de sacerdotes. El resto de la ópera discurrió con cauces de excesivo control, sobre un elenco de cantantes correctos, pero sin brillo.

Aida y Amneris

Son las triunfadoras de la noche, aunque tampoco podamos hablar de un descubrimiento para la historia. Anna Netrebko cumplió dignamente con su papel, con una importante laguna en el tercer acto, donde la soprano quitó peso a la voz para poder atacar las dinámicas de la partitura: Medias voces, pianos, sfumaturas...El resultado en este tercer acto dejó que desear con una afinación mas que dudosa y una emisión apretada, forzada, hasta el punto de desfiatarse en el dúo con Amonasro.
Vamos a darla tiempo a ver si le resulta posible combinar todos los requerimientos que este personaje tiene. Por que, dejando de lado el tercer acto, el desempeño general fue bueno; intensidad, dramatismo, ataques valientes a la zona alta, expresión... pero el tercer acto tiene que mejorarlo. Eso sí. Que nadie espere que va a llegar a los límites de: 



Ekaterina Semenchuk 

Tuvo a su cargo el papel de Amneris. Desde el "streaming" donde escuchaba la ópera no puedo calibrar su volumen, que pareció justito. A cambio ofreció una actuación convincente, lastrada por ciertos "tempis" ya comentados, ofreciendo su cenit en la escena del cuarto acto en el juicio de Radamés. ya que, como comentaba al principio, al menos si parece una voz adecuada al rol. 

Luca Salsi 

En el papel de Amonasro, estuvo correcto. No me emocionó su interpretación del personaje que dejó escapar sin apenas matizarlo. A diferencia de Tagliavini, carece de una elegancia que se adivina necesaria en el personaje. También es rey a fin de cuentas  Y ya es pena que un personaje que es un regalo para cualquier cantante no sepa sacarle partido. Quizá su voz menos timbrada de lo que sería deseable no ayude en el cometido. Saca la partitura adelante sin más. Y si alguien quiere profundizar mas en esto que digo que escuche a este par...


                                                                           

Roberto Tagliavini 

Fué el encargado de dar vida al Rey. Canto elegante, timbrado, perfectamente ligado sacó adelante sin problemas su parte, siempre en estilo, y perfectamente matizado. Ya lo había escuchado en directo en los Puritanos del Real de hace un par de temporadas y no me decepcionó. Su parte es corta y quizá por eso no pueda considerarse un triunfador en toda la regla, pero fue un excelente rey. 

Dmitry Belosselskiy, Ramfis

La verdad es que el desempeño de Dmitry pasó como con Amonasro: Sin pena ni gloria. Como dije en el caso de Amneris, no soy capaz de cuantificar su volumen, que se me antoja escaso. Al igual que en el caso de Amonasro me queda el poso de un personaje que se escapa vivo. Casi lo dicho para Amonasro vale para este Ramfis bastante tosco. 

Francesco Meli, Radamès. 

Uno de mis personajes soñados. Si hay un papel que me gustaría cantar es este. Sin lugar a dudas. Quizá por eso haya pocos Radamés que me convenzan. Y el de Meli no está entre ellos: Ni por voz, ni por credibilidad del personaje.


© Salzburger Festspiele / Monika Rittershaus

Bror Magnus Tødenes, A Messenger y Benedetta Torre, The High Priestess Buenos comprimarios. No es corriente un "Mensajero" tan sólido, pero Bror Magnus lo ofreció.

Buen desempeño del coro.

Apertil.