viernes, 4 de noviembre de 2016

Norma




Norma

Tragedia lírica en dos actos.

Música de Vincenzo Bellini (1801-1835)

Libreto de Felice Romani, basado en la obra de teatro Norma, ou l'infanticide (1831) de Alexandre Soumet

Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, el 26 de diciembre de 1831
Estrenada en el Teatro Real el 14 de noviembre de 1851

Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Palau de les Arts de Valencia y la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO)

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real

Ficha Técnica:


Dirección musical: Roberto Abbado
Dirección de escena: Davide Livermore
Escenografía: GIÒ FORMA
Figurines: Mariana Fracasso
Iluminación: Antonio Castro
Vídeo: D-WOK
Dirección del coro: Andrés Máspero

Personajes principales e intérpretes.

Pollione: Gregory Kunde
Oroveso: Fernando Radó
Norma: Maria Agresta
Adalgisa: Karine Deshayes
Clotilde: Maria Miró
Flavio: Antonio Lozano.

Una ópera para paladear.


Martes 1 de Noviembre de 2016, día de todos los santos, fue el día elegido para asistir a nuestro segundo título de la temporada. Segunda ÓPERA con mayúsculas a la que asistimos esta temporada repleta de títulos que cualquier teatro elegiría encantado. Parece que las cosas finalmente se están haciendo bien y hemos abandonado pasados experimentos extraños, como el de pretender llenar un teatro con una oferta que no comulgaba con el público. No es el caso de esta obra que está registrando llenos por representación, incluso en un día festivo, final de puente, que quizá en principio hubiera restado público. Pero para la calidad Madrid está siempre disponible y el martes se demostró.



No es solo "Casta Diva".

Cuando escuché por primera vez la ópera, en una grabación de la RCA con Caballé, Domingo, Cossoto, Milnes. recuerdo que la celebérrima aria no me produjo la sensación que yo creía que me iba a producir, tanto se hablaba de ella, más aún me dejó un poco frío por que la salida de Oroveso "Ite sul colle, o Druidi", "Dell'aura tua profetica" ya se había convertido en una mis partes favoritas.
A continuación sin tiempo para recordar lo escuchado, la salida de Pollione y su no menos célebre "meco al altar di venere" me habían hecho olvidarme completamente de la salida de Norma.....

Naturalmente no quedó ahí la cosa, podría hablar del terceto final del primer acto, el dúo de Pollione y Adalgisa....probablemente sea Norma de las pocas óperas que tienen tantos números esperados por este que escribe.




La calidad tiene un precio.

Y hay que pagarlo: Se necesita una adecuada dirección orquestal y en este apartado a la dirección de Roberto Abbado le faltó algo de tensión, sobre todo en el segundo acto donde el dramatismo musical decayó un tanto. En el primer acto la dirección lenta y soporífera que había mostrado en la función que fue retransmitida en directo por televisión, había tomado más brío y se agradeció. La orquesta sonó bien, otras ocasiones he tenido más reparos con ella, pera la verdad es que la calidad de la orquesta va mejorando lentamente.

El coro, sin embargo, me gustó bastante menos. Desconozco los motivos por los cuales el coro tiene ultimamente una tendencia a cantar todo en "forte" o "fortissimo" sobre todo el coro masculino y eso redunda en una peor musicalidad. Sin ser un desastre, si podemos hablar de que fue la parte artística más floja de la noche.

Antes de seguir querría hacer un pequeño inciso. No sé como continuará la temporada, en el horizonte tenemos "La Clemenza", pero hasta ahora, entre el final de la temporada pasado y el principio de esta podemos apreciar que la calidad de las voces ha aumentado considerablemente. Me imagino que la dirección del teatro está haciendo un esfuerzo considerable por traer voces de calidad. ¿En qué se traduce esto? En mi caso aparte de disfrutar de la música, en no padecer. No pocas veces lo he pasado mal escuchando al artista en escena, sabiendo lo que iba a pasar en no pocas ocasiones, y por desgracia acertando. De momento tocaré madera, son solo detalles mínimos a comentar. Poca cosa.

Y ahora sí, vayamos con los intérpretes.

Norma: Maria Agresta

Antes de empezar el Teatro nos avisó que padecía un proceso gripal, pero que sin embargo cantaría la función. Este proceso gripal no sé si la influyó en algo, es la primera vez que la escucho en directo, y por eso la concederé el beneficio de la duda. Soprano de indudable musicalidad y buen gusto, pero  creo que Norma no es personaje para ella. Su interpretación pecó de frialdad, no solo en la interpretación del "Casta Diva" sino en buena parte de la ópera. Nunca consiguió transmitir ese fuego que creo la sacerdotisa lleva dentro. Ni siquiera sonó convincente el "Ah, no ! sonfigli miei ! — miei figli " del segundo acto cuando está a punto de matar a sus hijos. Brilló mucho más en los dúos con Adalgisa,  o en el Terceto final del primer acto, pasajes sin el dramatismo de la parte final de la ópera. Técnicamente tiene serios problemas de "entubamiento" sobre todo a media voz con demasiados cambios de color cuando se mueve por esta zona. De volumen anda justita y el agudo debería recogerlo un poco por que va camino de abrir demasiado el sonido en ese punto.

Adalgisa: Karine Deshayes

La "mezzo" francesa dispone de un instrumento vocal anunciado como "mezzo" pero de sospechoso timbre "sopranil" en muchas partes de su registro. Posee una voz de volumen excelente, capaz de tapar por completo a su compañera de reparto y casi a su "Amante" el romano "Pollione". La voz está proyectada sin esfuerzo y perfectamente recogida incluso en las notas más agudas y eso es un plus añadido a la hora de cantar, por cuanto le permite centrarse en la parte artística al tener su instrumento bien educado. En su debe, quizá, recomendarle que en las subidas no empuje tanto la voz, no le hace falta. Para mi gusto su mejor parte fue el dúo con "Pollione" del primer acto: convincente en la composición del personaje y excelente línea de canto, brillando también en los dúos con Norma.




Pollione: Gregory Kunde

Gregory Kunde ofreció un "Pollione" de calidad. En la retransmisión televisada del otro día su voz no parecía sonar como acostumbra. El martes sin embargo estuvimos ante la mejor versión de Kunde: una voz robusta, algo leñosa cuando está fría, pero densa cuando ya la ha calentado. Una voz bien trabajada en el pasaje y en los agudos, con un "pero" importante del que luego hablaré, una voz que corre libre por el teatro y que el dueño maneja a su antojo. Dramáticamente el personaje es convincente y sus intervenciones (Meco all’altar di Venere), el  dúo con Adalgisa,  el terceto del primer acto o la escena final fueron partes cantadas con calidad. Para este personaje, que no requiere un centro tan ancho como en el Otello, el tenor puede resolver su parte sin dificultades extremas. Hay un detalle para mi gusto muy molesto que no advertí en el Otelo precedente, y es quizá el único defecto técnico que le he notado: Si el agudo cae en una "i" o una "a" Kunde lo transforma en "e" y eso no es admisible. Al menos no para mí. El ejemplo más claro lo encontramos en el  "Meco all’altar di Venere" cuando canta "Vedea fumar gl' incensi, Eran rapiti i sensi " que lo convierte en "Eran rapiti i sense" La "i" cuesta, pero hay que trabajarla. Y la "a" igual. En su descargo hay que decir que este "truco" no lo emplea en el pasaje, solo en las notas mas altas. Pero igualmente hay que trabajar esas vocales, en particular la "i".


Oroveso: Fernando Radó. 

Buen Oroveso nos ofreció Fernando Radó. Ya de entrada en una de mis partes favoritas como ya comenté "Dell'aura tua profetica", estuvo seguro, afinado y convincente; es una voz que corre por el teatro sin problemas. Da la sensación de encontrarse a gusto cantando el personaje y la representación gana mucho con ello. Excelente actuación.


Flavio: Antonio Lozano.

Cumplió bien su cometido. Su voz se oye perfectamente aunque no parece ser una voz excesivamente musical. Buen desempeño.

Clotilde: María Miró

Otra buena actuación. Da gusto tener comprimarios, que tan importantes son, de calidad. Y María Miró cantó excelentemente su parte.

La puesta en escena no me disgustó. Las proyecciones contra un telón blanco proporcionaban un ambiente tétrico al bosque y en ocasiones servían como apoyo a la historia que se contaba en ese momento. Es de las pocas veces que, en mi opinión,  la puesta en escena ayuda a la historia, y no al contrario.






miércoles, 28 de septiembre de 2016

Otello en el Real. Un drama sonado.

Madrid 27/09/2016

Teatro Real de Madrid: Otello de Giuseppe Verdi. 





Dramma lirico en cuatro actos

Música de Giuseppe Verdi (1813-1901)

Libreto de Arrigo Boito, basado en la obra de teatro Othello, or The Moor of Venice (1603) de William Shakespeare

Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, el 5 de febrero de 1887
Estrenada en el Teatro Real el 9 de octubre de 1890


Nueva producción del Teatro Real, en co-producción con la English National Opera y la Ópera Real de Estocolmo.

Ficha Artística:

Dirección musical: Renato Palumbo
Dirección de escena: David Alden
Escenografía y figurines: Jon Morrell
Iluminación: Adam Silverman
Coreografía: Maxine Braham
Dirección del coro: Andrés Máspero
Dirección del coro de niños: Ana González
· - ·
Otello: Gregory Kunde
Iago: George Petean
Cassio: Alexey Dolgov
Roderigo: Vicenç Esteve
Ludovico: Fernando Radó
Desdemona: Ermonela Jaho
Montano y Un heraldo: Isaac Galán
Emilia: Gemma Coma-Alabert




Una sensación agridulce. 

Camino de casa, después de haber asistido al Otello verdiano que por estos días se representa en el Teatro Real, se revolvían dentro de mi dos sentimientos encontrados; la alegría de haber podido asistir a la representación de una ópera que su dificultad hurta de las temporadas de los teatros, y por otro lado la desazón de constatar que verdaderos intérpretes para esta ópera hoy en día no existen. La sensación de haber asistido a un Otello a medias, donde las notas del maestro Verdi estaban presentes, así como el libreto, pero donde faltaba todo lo demás: una puesta en escena absurda. Una lectura musical plana, aburrida, ejecutada con un volumen disparatado, y unos cantantes que ciertamente, cumplieron con la parte musical, pero que junto con la orquesta no nos contaron la historia. 


Dirección musical.

La parte positiva de la dirección musical es que quizá estemos ante una de las mejores interpretaciones de la orquesta del Teatro Real, de la que no soy un "fan" precisamente. Pero sonó muy bien y es justo reconocerlo. En la parte negativa tenemos una lectura musical alejada de la historia en los dos primeros actos de la partitura: justo donde se está cociendo la tragedia. Diría que opta por compensar la falta de pulso dramático (sus "tempos" son soporíferos ) con un volumen desmesurado. ¿Se imaginan una orquesta donde los metales ahogaran el sonido del resto de los instrumentos? pues eso es lo que hace Palumbo. Ahogar las voces de los cantantes, ¡un instrumento más dentro del conjunto! en aras de una característica que debería obtenerse en la interpretación, no en el volumen. Y cuando digo que ahoga las voces no me refiero solo a algún comprimario inaudible, me refiero a que llega a tapar al coro cantando en "Forte" o "Fortissimo" que ya es montar escándalo. 

Aunque el volumen no decrece en el tercer acto, menos aún con la salida del coro a escena cuando llega la delegación de Venecia, parece que Palumbo encuentra la forma de contarnos la ya mas que evidente locura de Otello. 

¿Y la parte escénica?

Pues un disparate, como últimamente presenciamos cada vez que vamos al teatro. Los directores de escena siguen empeñados en montar puestas en escena que no aportan nada a la historia y a veces, lo que es peor, terminan por desconcertar a los cantantes que no encuentran la forma de modelar a sus personajes, de adecuar la música a la exigencia escénica. Y en este punto me pregunto si esa debilidad de los cantantes de esta función de contarnos la historia, de hacer creíbles sus personajes, se debe a las características de sus voces, que claramente no son las más adecuadas, o se debe a exigencias de la dirección escénica además de la lucha con el volumen de la orquesta y la lectura musical. 



Lo que nos cuentan en esta versión de Otello

Una historia donde un hombre normal termina perdiendo el sentido común ante una trama hábilmente urdida por un personaje enojado por lo que el considera que es una afrenta. 

Lo que la historia y la música a mi me dicen.

El propio Verdi se refiere a Otello con estas palabras "aúlla ...feroz como un salvaje" Y esa es la imagen que me ofrece Otello desde el principio. El propio "Esultate" no puedo concebirlo sin pensar en el personaje con los ojos hinchados en sangre.




Es decir: Otello ya está muy tocado psicologicamente desde el principio.  Y el resultado final no es más que la explosión de las patologías e inseguridades que el personaje ya lleva consigo. Y la vía para conseguirlo son los celos. Iago ya sabe que su jefe no está bien de la cabeza. Su trama es vil, pero juega con cartas marcadas: sabe de sobra el camino que tiene que seguir para hacer reventar a Otello y en realidad le resulta fácil hacerlo. ¿Pero por qué? porque el propio Iago tampoco está bien de la cabeza. Su locura la encamina mediante una maldad infinita: no vacila en intentar acabar con tres personas por odio a una sola: A Otello. Iago es un personaje temible: da miedo. Y nada de esto se ve reflejado en la versión del Teatro Real que nos ofrece una versión muy simplista de la historia. 

Los cantantes

Gregory Kunde es el encargado en este reparto de dar vida al "Moro de Venecia" Su principal defecto es que carece de una zona central ancha: No hay graves y en Otello es un serio handicap por que es aquí donde canta el personaje. Resuelve las partes de extrema dificultad con solvencia: Una zona de paso sólida como una roca y unos agudos potentes y timbrados, pero con poco metal: La construcción de su personaje es la de un hombre atrapado en una red externa, cuando en realidad es prisionero de sus propios traumas, de su inseguridad en si mismo: pero esto no lo refleja: El verdadero drama asoma en el cuarto acto cuando aparece en la habitación de Desdémona. Pero no antes. Y esto lastra una actuación dulce por un lado, porque técnicamente es el sueño de cualquier tenor su manejo del paso y los agudos, y agria por otro, por no construir adecuadamente al personaje central.



George Petean da vida a Iago. Es el menos creíble de los personajes. Es un barítono lírico de escasos graves y demasiado engolado en la zona central. No consigue transmitir nunca la maldad del personaje ya que su canto es monótono. No le observé matices de ningún tipo y eso es otro grave hándicap para la obra al no dotarla del veneno que necesita. Valiente en los ataques a la zona alta, no le da miedo enfrentarse a la orquesta y eso le da valor a su interpretación. Pero desde luego no es un barítono adecuado para cantar Verdi. 

Ermonela Jaho da vida a Desdémona. Su mejor momento sin duda lo encontramos en la Canción del Sauce, seguido del Ave maría donde consigue una interpretación emocionante: sabe jugar con los pianos y las medias voces, pero me dio la sensación de ir algo falta de fiato. Por la zona alta la voz se le descontrola supongo que por la necesidad de luchar contra el excesivo volumen orquestal y su interpretación del personaje es quizás la más creíble.

Alexey Dolgov da vida a Cassio. Su principal problema es un timbre poco agraciado. Por lo demás su voz es potente, más de lo que un comprimario suele tener, con una buena resolución de la zona de paso.

Gemma Coma-Alabert Como Emilia: Buena actuación.

Notable el desempeño del coro intermezzo.

Apertil








lunes, 5 de septiembre de 2016

Nueve años ya....






El 6 de Septiembre de 2007 nos dejaba en su localidad natal de Módena uno de los mejores: Luciano Pavarotti. Nueve años ya. Nos queda su recuerdo alimentado por sus muchas grabaciones afortunadamente tanto para aquellos que disfrutamos de su arte, y para los que, como yo además, nos iniciamos en el secreto de la voz. Cuantas cosas que oímos en el maestro que nos gustaría saber hacer!!! Cuantas cosas  oímos que nos dejan con la pregunta en el aire ¿Cómo ha hecho eso??? Y seguimos sin saberlo. Pero a cambio, cada vez que lo escuchamos, nos sigue sorprendiendo. No perdemos la magia de escucharlo como si fuera la primera vez y nos giramos hacia nuestro maestro para preguntarle, incrédulos, ¿Eso es posible? 





La belleza del timbre, la musicalidad innatas ya sabíamos que no iba a ser posible imitarlas:







La elegancia en el canto:






La dulzura.....




Y para despedir este pequeño homenaje, siempre podremos decir ¡¡¡Cada día canta mejor!!!!




Apertil.

miércoles, 13 de julio de 2016

"I Purutani" Javier Camarena como "Arturo"

"I puritani"

Melodramma serio en tres actos

Libreto de Carlo Pepoli, basado en la obra de teatro Têtes rondes et cavaliers (1833) de Jacques-François Ancelot y Jacques-Xavier Saintine

Estrenada en el Théâtre Italien de París, el 24 de enero de 1835

Estreno en el Teatro Real el 6 de diciembre de 1850

Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Teatro Municipal de Santiago de Chile
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)

Ficha Artística

Dirección musical: Evelino Pidò
Dirección de escena: Emilio Sagi
Escenografía: Daniel Bianco
Figurines: Peppispoo
Iluminación: Eduardo Bravo
Dirección del coro: Andrés Máspero

Lord Gualtiero Valton: Miklós Sebestyén
Sir Giorgio: Nicolas Testé
Lord Arturo Talbo: Javier Camarena
Sir Riccardo Forth: Ludovic Tézier
Sir Bruno Robertson: Antonio Lozano
Enriqueta de Francia: Annalisa Stroppa
Lady Elvira Valton: Diana Damrau




La función de hoy

En esta ocasión, Miércoles 07/07/2016 les tocó el turno al reparto encabezado por el tenor Javier Camarena. 

Dos funciones bien distintas.

Con apenas 24 horas de diferencia afrontamos la segunda función de esta ópera. Función que no tuvo mucho que ver con la del día anterior. Hubo detalles coincidentes como la puesta en escena, que no comenté en el anterior post, o la actuación del coro que si fue un calco de la del día anterior. Esto es un coro que canta bien, en especial el femenino, con un abuso del "forte" o "fortissimo" por parte del coro masculino. También es detalle coincidente el sonido, pobre, de baja calidad, de la orquesta. Y ahí se acabaron las coincidencias. Y esto es la magia de la ópera. La obra es la misma, pero escuchamos una interpretación bien diferente.

Y empezamos con sobresalto: Por megafonía nos avisan de que la soprano Diana Damrau está indispuesta, sin aclarar cual es la indisposición, pero que aún así cantará la función. Alivio general con algunos aplausos espontáneos.

Y la indisposición de la soprano debió ser verdad por que salvó la papeleta gracias a la enorme experiencia que atesora. Su mejor acto fue el segundo: Medias voces, pianos, todo sin forzar y llegando a colocar algún agudo notable en afinación, que no en proyección. No eran rotundos, no inundaban la sala. En el primer acto se reservó bastante mas donde hubo momentos en los que cantando con el bajo Nicolás Testé se dejó de oír a ambos. Bien es verdad que estaban en el fondo de la escena y el volumen de la orquesta distaba mucho de ser el adecuado, pero momentos donde solo se oían los metales de la orquesta, los hubo. Notable también en el tercer acto en el famoso "Vieni fra queste braccia" donde ya dio lo que le quedaba. Lástima porque nos fuimos con la sensación de haber escuchado un 40% de lo que la artista podía dar.

El mencionado Nicolás Testé fue victima de la odiosa comparación con su colega del día anterior.Y con la función de "Pescadores de perlas" de Valencia en Mayo de 2015. En aquella ocasión dije que había estado "correcto", eufemismo que encerraba para la ocasión el desagrado que me había producido una voz que estando en primera fila, me había parecido muy, pero que muy escasa. En aquella ocasión me pregunté cómo se habría oído a Testé en lo más alto del auditorio; pues bien ya me he contestado. Probablemente no se le oiría, que es lo que me pasó en no pocos momentos de la función. Su voz entonces como ahora no me pareció bella y aunque trató de cantar con gusto y recrear al afligido Sir Giorgio, la verdad, es que me resultó monótono.



Ludovic Tézier fue el encargado de cantar el papel de Sir Riccardo Forth . A su favor hay que destacar su excepcional fiato: Logró seguir el "tempi" de la orquesta sin prácticamente tomar aire, a costa de no poder pausar la emisión del sonido entre frase y frase. Imaginen leer un texto en voz alta, sin puntuación y sin tomar mas aire que el primero y se harán una idea de lo que tuvo que hacer para no perder "comba" con la orquesta. Por lo demás tampoco destaca por la belleza de su voz, eso si, por lo menos proyectada y tampoco destaca por sus dinámicas "belcantistas".

Annalisa Stroppa dio vida a Enriqueta de Francia. Notable cambio con respecto al día anterior ya que a esta mujer al menos se la oía. Sin ser una voz excepcional hizo un buen trabajo.

Javier Camarena dio vida a "Lord Arturo Talbo" y tengo que decir que las expectativas que llevaba y la predisposición hacia el artista eran muy altas. Camarena es un buen tenor eso queda fuera de toda duda. Voz de lírico ligero con gran proyección de la voz en la zona central, con un pasaje poco cubierto; La voz no está recogida ni en  la zona aguda, ni en  la zona sobreaguda donde se escuchan sonidos abiertos, y esta circunstancia rompe un poco la elegante linea de canto que exhibe en el centro. Siendo capaz de cantar con indudable gusto y elegancia, no logró transmitirme, y esto ya es una cuestión personal, ningún tipo de emoción. Para mi gusto le faltó esencia "belcantista". "Arturo" requiere muchas mas dinámicas de las que la noche de la función nos ofreció Camarena, y de aquí viene mi decepción. Entiendo que siendo un personaje que acaba de debutar hay tiempo más que de sobra para trabajarlo y desarrollar con el canto la belleza de la partitura. Tiempo al tiempo y espero poder escucharle alguna vez el "Arturo" con más "tablas".

Eso sí, me preocuparon bastante los ataques al sobreagudo. Debe recoger muchísimo más la voz.

Bien el resto del elenco.

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sábado, 9 de julio de 2016

"I Puritani" Celso Albelo como "Arturo"

"I puritani"

Melodramma serio en tres actos

Libreto de Carlo Pepoli, basado en la obra de teatro Têtes rondes et cavaliers (1833) de Jacques-François Ancelot y Jacques-Xavier Saintine

Estrenada en el Théâtre Italien de París, el 24 de enero de 1835

Estreno en el Teatro Real el 6 de diciembre de 1850

Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Teatro Municipal de Santiago de Chile
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)

Ficha Artística

Dirección musical: Evelino Pidò
Dirección de escena: Emilio Sagi
Escenografía: Daniel Bianco
Figurines: Peppispoo
Iluminación: Eduardo Bravo
Dirección del coro: Andrés Máspero
· - ·
Lord Gualtiero Valton: Miklós Sebestyén
Sir Giorgio: Roberto Tagliavini
Lord Arturo Talbo: Celso Albelo 
Sir Riccardo Forth: George Petean
Sir Bruno Robertson: Antonio Lozano
Enriqueta de Francia: Cassandre Berthon
Lady Elvira Valton: Venera Gimadieva



                                          (okDiario.com)

Cerrando Temporada

Como título final de esta temporada nos encontramos con esta "perla" del "bel canto" que asegura incluso en fechas estivales y vacacionales unas excelentes entradas al teatro, rozando el lleno o lleno total. Ya lo dijo en su día cierto director artístico: Llenar el teatro con las óperas que gustan al público era muy fácil. Y además de trabajo fácil, yo añadiría que es trabajo agradecido. Supongo que cualquier director artístico de un teatro de ópera lo que quiere ver es el teatro lleno todas las noches. Y siendo este un trabajo tan fácil y tan agradecido, se comprende cada vez menos que se apostara por un modelo perdedor. Pero......... los caminos de los sillones son inescrutables.

La función de hoy

En esta ocasión, Miércoles 06/07/2016 les tocó el turno al reparto encabezado por el tenor tinerfeño Celso Albelo. 

En este punto, antes de comentar la actuación del tenor tinerfeño, quería hacer un pequeño inciso. Algo que me llama la atención en las crónicas de muchos de los que escriben, sean en medios oficiales, profesionales o medios mas de aficionados, es el concepto que se tiene del tenor. ¿Qué es un tenor? Por lo que parece un tenor es una nota aguda. Y yo conozco a uno de los que escriben, aficionado, que le da lo mismo cómo cante un tenor. Si el agudo hace temblar la lampara del teatro, entonces ya le tiene en los altares. Bueno, según quien sea el que cante. Porque si le tiene ojeriza, al cantante, entonces los agudos se convierten en pirotecnia barata.......
            ¿Es fácil el agudo? Por lo que parece la gran mayoría lo consideran la extrema dificultad, de las extremas dificultades. Y no es verdad. Depende de cada garganta. Hay quien va al agudo muy fácil y está el que suda tinta china. De lo que no se escapa ninguno es de la técnica y el aprendizaje necesario para ejecutar una nota que quizá no es la más difícil del registro, ni la más dañina, si se hace mal. Es la mas espectacular, cierto, la que más se ve, o por mejor decir, la nota que detectan hasta aquellos que tienen una oreja enfrente de la otra.

 Y en este punto alguno me preguntará ¿Y cual es la nota más difícil? Pues cualquier nota que transmita algo, no solo sonido. Un sol2 en el centro del registro podría ser tachada de fácil, hasta que se intenta a media voz, o se intenta apianarla, filarla, dotarla de "morbidezza" darla sentido, en definitiva. Y la dificultad se convierte en extrema cuando hay que hacer lo mismo, es decir, dotar de sentido a una frase, a un aria, o a todo el papel que tienes encomendado. No es sólo la técnica, es la capacidad de dotar a lo que se canta de sentido, de psicología, de emoción... cantar plano está al alcance de casi cualquier profesional del canto.

Por el contrario, hacer "hablar" a la música, contar la historia con la música que estás cantando, y no con las frases escritas, está solo al alcance de unos pocos. Y entre estos pocos escogidos que hacen "hablar" a la música, está Celso Albelo.

Eso no quiere decir que el agudo haya que despreciarlo o no darle la atención que se merece. Porque el público paladea un buen agudo ¿Y el cantante? Más que el publico. Se lo puedo asegurar. Porque el ataque al agudo, la ejecución y la continuación del canto tras un agudo provoca una adrenalina difícil de superar. Y sudores extremos si se ejecuta mal.

Todo este discurso me sirve para poder llamar la atención de cualquier aficionado a la ópera y poderle poner en camino de disfrutar al máximo de su afición. Y que este aficionado, cuando se encuentre a un tenor como Celso Albelo, cantando el "Arturo" de "I puritani" sea consciente de que está escuchando una verdadera obra de arte. De que está escuchando Bel canto. Puro. Que está escuchando cada nota con una intención, con un significado, ya sea a través de una media voz, una "messa di voce" un "piano" o un "pianissimo" por poner ejemplos de recursos. Y todo esto se pudo paladear en la función del día 06/07/2016, sazonado con los valientes ataques a los endemoniados sobreagudos que tiene escrita la obra.


En la misma categoría que está Albelo encontramos en la función del 06/07/2016 al bajo Roberto Tagliavini en el papel de "Sir Giorgio" hermano del padre de Elvira. Tagliavini posee una voz bella de fácil emisión que envuelve a todos los rincones del teatro. Canta con gusto y elegancia, acometiéndo la partitura absolutamente en estilo. Desde la dulzura del dúo del primer acto "Oh mi secondo padre" a la tristeza explicando la locura de "Elvira" "Ah dolor Ah Terror" o el vibrante y esperado dúo "Suoni la Tromba" donde lleva el peso del dúo. Aquí no solo canta bien sino que hace bueno a su compañero de reparto el barítono George Petean que daba vida a "Sir Riccardo Forth": Un barítono lírico de voz no especialmente bonita; y su emisión, nasal y engolada no ayudan al cantante,que no está en estilo en ningún momento, por la razón que sea, y su desempeño es monótono.




En la parte femenina encontramos a la soprano Venera Gimadieva que daba vida al personaje de Elvira. Me pareció una voz "dura"de poca belleza y además poco "coloreada". Técnicamente el cambio de registro a voz de cabeza es correcto y esta era la zona donde mejor rendimiento obtenía, sin embargo el pasaje estaba mal resuelto y era la razón por la que los agudos y sobreagudos prácticamente no sonaban. Aun así defendió su papel con dignidad y pasión consiguiendo notables momentos de emoción en el segundo acto donde quizá colocó sus mejores notas altas.

En contraste encontramos a Cassandre Berthon en el papel de Enriqueta de Francia. Para poder hacer una crónica de su voz tendría que recurrir al vídeo de "Orfeo en los infiernos" donde hace el papel de "Cupido" porque aquí era prácticamente inaudible. Es quizá la peor del reparto.

En su descargo quizá haya que mencionar la para mi poco afortunada labor del director musical Evelino Pidò que hace una lectura de la partitura casi "Wagneriana" en lo que al volumen de la orquesta se refiere. Precisamente si en algo se distingue el "bel canto" es por la labor de apoyo a la voz de la orquesta, que está para ayudar al lucimiento de las voces, no para taparlas. Y después los "tempis" que marca la dirección musical, a velocidad de la luz, me parecieron demenciales,

A todo esto tampoco consigue que la orquesta se desprenda de un sonido pobre y deficiente, por desgracia, marca de la casa.

 El coro Intemezzo ha mejorado en cuanto a calidad de voces. Sonó muy bien el coro femenino y el masculino debería bajar el volumen de emisión, siempre en "forte" o "Fortissimo".

 El resto del reparto estuvo a buen nivel.

Apertil