jueves, 4 de junio de 2015

La Marchenera



Zarzuela en tres actos de Ricardo González del Toro y Fernando Luque
Música de FEDERICO MORENO TORROBA
Estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el 7 de abril de 1928.

El joven Federico Moreno Torroba estrenó La marchenera en el Teatro de la Zarzuela de Madridel 7 de abril de 1928; se trata de una partitura moderna, repleta de buena música teatral y con buenas escenas populares que atraen al espectador. El texto, que es principalmente de Ricardo González del Toro y sólo en sus orígenes de Fernando Luque, se limita a desarrollar una atmósfera de estilo costumbrista en una Marchena idealizada, en la provincia de Sevilla, al que se suma como trasfondo un alzamiento revolucionario.




Dirección musical: Miguel Ángel Gómez Martínez
Dramaturgia escénica: Javier de Dios
Iluminación: David J. Díaz

REPARTO:

PALOMA Amparo Navarro; VALENTINA Rocío Ignacio; TARAVILLA Amelia Font;
CONDE DE HINOJARES Carlos Álvarez; DON FÉLIZ SAMANIEGO Alejandro Roy;
ORENTINO Gabriel Blanco; DON MIGUEL Emilio Sánchez; PITUTI Elías Arranz;
CÁRDENAS Enrique R. del Portal; MEZQUITA Francisco Sánchez;
SENTIMIENTOS Didier Otaola; EL NIÑO DE ALGECIRAS Mario Méndez;
JEROMA Nuria Lorenzo; AMPARO Hevila Cardeña; SOCORRITO Nuria García;
VOZ DE MUJER Teresa Castal; LA GITANA DE LOS BUÑUELOS Sara Salado;
BLAS CANTERO Fernando Sansegundo; SERAFÍN BRAVO Javier Muñoz;
UN AGUADOR Javier Alonso*; UNA NARANJERA Aranzazu Urruzola*;
UN VENDEDOR Mario Villoria*; UNA Ainhoa Martín*; OTRA Ana María Cid*;
UN MOZO Francisco José Rivero*; UNO Daniel Huerta*; OTRO Houari Raúl López*

* Miembro del Coro del Teatro de la Zarzuela

Experimento en la sala.

El experimento de la "semi-escenificación" no me terminó de convencer. Por muy disparatado que resulte el argumento, ahí está el de "La Favorita" que no hay por donde cogerlo, los diálogos son necesarios. Hace unos años un "iluminado" regista puso en escena "La Clemenza de Tito", en el teatro Romano de Mérida. El marco era fabuloso, pero la supresión de los recitativos mutiló toda la obra que terminó siendo una sucesión inconexa de "números musicales".

Y algo así ha terminado siendo esta supresión de los diálogos originales por una reciente dramatización, que presentaba a un empresario de teatro arruinado en busca de una obra que llevar a su teatro, y un joven libretista que le iba a dar forma a la Zarzuela.

Esta Zarzuela era "La Marchenera", claro, y con la excusa de la confección del libreto, intentaban contarnos la densa trama, plagada de topicazos que, como dijo uno de los personajes, solo le faltaba a la obra los "contrabandistas" para dejar "en mantillas" a los hermanos Álvarez Quintero. Al final lo que termina pasando es que la dramatización de la obra no aclara la trama, mas bien la enreda más, y termina siendo la triste historia del empresario teatral sin un miserable duro, que tropieza con el joven libretista lleno de ardor revolucionario artístico, de nuevas ideas para "seducir al público", pletórico de fuerzas en la tarea de buscar "algo nuevo".....con el dinero ajeno como le recordó el empresario. Solo le faltó al libretista decir que había que buscar un "Nuevo público". Considerando que la media del edad del público que habitualmente asiste a la Zarzuela debe rondar los 65 años, hubiera resultado hilarante sin duda.

Pero, bromas aparte, el panorama de la Zarzuela resulta aterrador. De seguir así, sin un atisbo de savia nueva entre el público asistente, la Zarzuela quedará relegada al olvido más absoluto en 10-15 años, y ni los  esfuerzos por reducir la media de algunos "chavales" de 50 años lograrán que sobreviva este género tan nuestro. El momento de empezar a crear afición es ahora. No cuando el teatro  no cubra ni el 10% de las localidades. Y lo digo en serio.




La parte musical

Después de pasar por Valencia he resuelto esa duda que me corroía desde siempre y me quitaba el sueño no pocas noches. Era un “sin-vivir”, un ¡¡Que se yo!! Que me producía no sé qué cosa; Muchas pesadillas donde soñaba que acusaba a la orquesta del Teatro de la Zarzuela de ser una orquesta regular tirando a mala y la persecución sin piedad por mi conciencia del “gnomo” “Cargo” gritando: “No es para tanto, No es para tanto”

 Pues bien, me he cargado al “gnomo”. Bien muerto; al grito de ¡¡¡No es regular la orquesta, es lo siguienteee!!!! ha caído fulminado. Ya era hora.

“¡¡Bienvenido al mundo real!!” fue lo primero que nuestra flamante co-autora del blog, “Zerlinetta” me dijo en cuanto que la orquesta empezó a tocar. Y es que he oído charangas mejores. Como le dije a “Zerlinetta”, creo que tendríamos que empezar a hacerla más justicia a Cristóbal Soler porque tengo la sensación que arranca lo mejor de este desastre colegiado de ejecutores de partituras. Horrible la orquesta. Tanto es así que la labor del director   Miguel Ángel Gómez Martínez. pasó desapercibida por completo ¿Tuvo algo bueno su lectura musical? No lo sé.  No hubo manera de darse cuenta de ello.    

El coro también sale perjudicado del paseo valenciano. Siempre me pareció un coro decente, apañado…… pero a estas alturas, y considerando que no parecían tener su mejor tarde, el Coro Catedralicio de Valencia le da miles de vueltas a la formación Zarzuelera que estuvo regular en esta ocasión, siendo generoso.

Los personajes.

En esta ocasión, al ser medio escenificada, a los cantantes les han liberado de la parte hablada. Es quizá lo único para lo que de verdad ha servido bien el experimento: Ahorrarles a los cantantes, que suelen ser  actores regulares, el suplicio de una parte hablada que se supone extensa, y para colmo, teniendo que declamarla con el "acento" andaluz. Y aunque se están haciendo grandes avances en este sentido ultimamente, creo que por ese lado, la parte semi-escenificada ha cumplido el objetivo. Por mucho que al final esta dramatización se quedara corta de contenido y un pelín aburrida.

Paloma: Amparo Navarro

La protagonista," La Marchenera" tuvo una tarde de luces y sombras. Lo peor con diferencia fue el fraseo, ya que no se la entendía nada. El resto, digamos que apañado. La voz está recogida en todo el registro siendo de timbre cálido y agradable. De volumen anda justita y los ataques a la zona aguda si bien son valientes, no destacan por "envolver" la sala con su sonido. Le falta intención al canto.

Valentina: Rocío Ignacio.

No termino de entender que este personaje que tiene, como casi toda la obra, una partitura criminal, se le encomendara a esta soprano. Juventud tiene y por eso mismo llama la atención el estado de su voz. Solo en el centro muestra un mínimo empaque, en cuanto la voz pasa al registro de cabeza se le abre siendo incapaz de recogerla en ningún momento. El vibrato absolutamente oscilante, forzado, instalado en una emisión en continuo "forte" resulta desagradable. La afinación, en particular en cuanto intenta atacar las partes más altas, deja mucho que desear. Y como su compañera "La marchenera" su dicción es problemática.

Conde De hinojares:  Carlos Àlvarez

Tiró de oficio para salir adelante con un instrumento que no acompaña. La voz suena artificialmente timbrada, excesivamente metálica . La emisión engolada, entubada sin liberar, excepto en la subida al agudo de la romanza, paga un precio alto en cuanto a volumen. Le tapa cualquier compañero que cante junto con él. Quizás el único que trató de matizar algo su canto. Pero insuficiente en cualquier caso.

Don Félix  Samaniego: Alejandro Roy

Para mi gusto el mejor de la noche. Sin discusión

En su debe: Le falta matiz, dinámicas, dulzura en algunos momentos. Yo creo que es una voz que carece de media voz o pianos y eso es un handicap grande que le resta posibilidades.

A su favor: Técnicamente es de lo mejor que he podido escuchar en mucho tiempo . Partimos de una base canónica: Todas las vocales se emiten en la misma localización de la "i" Portentosa vocal la que posee este tenor. Y sobre el sitio de esa vocal, caen todas las demás.

Segunda base canónica: La respiración: Todo el canto es sobre el aire exhibiendo un "fiato" considerable así como un legato portentoso. Todo el control del aire está ferreamente sometido al control de los músculos diafragmatico-costales, algo que dos agudos sobre la "e" puso de manifiesto al mostrar como se puede recoger el vibrato y convertir la emisión en verdaderos campanazos, rotundos, en la emisión y proyectados al infinito.

Tercera base canónica: el pasaje, que está sólidamente resuelto excepto en la nota fa3# que es la única nota "sorda" que se le va hacia atrás. Lo bueno es que el resto de notas ni posteriores ni anteriores se ven afectadas por la única debilidad técnica de Alejandro Roy. Fuera de esta nota la cobertura de las notas de paso es fantástica.

De los personajes secundarios la mejor mención sin duda se la lleva Emilio Sánchez en el papel de Don Miguel.

Y la peor mención es para Amelia Font. Además de una voz destemplada en todo el registro, mal apoyada, y un vibrato oscilante, se une una desastrosa afinación. No tiene en estos momentos un nivel aceptable para cantar en el teatro de  la Zarzuela, ni casi en ningún sitio.

Apertil