sábado, 1 de febrero de 2014

La Sonámbula y Celso Albelo en el Liceo de Barcelona.

La Sonámbula

Opera semiseria en dos actos. Libreto de Felice Romani basado en La Somnambule de Eugène Scribe y Germain Delavigne, y La Somnambule ou L’arrivée d’un nouveau seigneur de Eugène Scribe y Pierre Aumer. Música de Vincenzo Bellini. Estrenada el 6 de marzo de 1831 en el Teatro Carcano de Milán.
Una coproducción de la Ópera de Viena y el Covent Garden.




DIRECCIÓN MUSICAL
Daniel Oren

DIRECCIÓN DE ESCENA
Marco Arturo Marelli

ESCENOGRAFÍA E ILUMINACIÓN
Marco Arturo Marelli

VESTUARIO
Dagmar Niefind

ILUMINACIÓN
Friedrich Eggert

COPRODUCCIÓN
Wiener Staatsoper (Viena) / Royal Opera House Covent Garden (Londres)

Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatre del Liceu

REPARTO

Amina Patrizia Ciofi 27 y 30 Ene, 2, 5, 8, 11, 14 y 17 Feb
        Annick Massis 28 Ene, 1, 4 y 9 Feb

Elvino Juan Diego Flórez 27 y 30 Ene, 2, 5, 8, 11, 14 y 17 Feb
       Celso Albelo 28 Ene, 1, 4 y 9 Feb

Comte Rodolfo  Nicola Ulivieri 27 y 30 Ene, 2, 5, 8, 11, 14 y 17 Feb
               Michele Pertusi 28 Ene, 1, 4 y 9 Feb

Lisa Eleonora Buratto 27 y 30 Ene, 2, 5, 8, 11, 14 y 17 Feb
Sabina Puértolas 28 Ene, 1, 4 y 9 Feb

Teresa Gemma Coma-Alabert

Alessio Alex Sanmartí

Un notari Jordi Casanova

Una obra que no necesita regalar entradas.

No. Para llenar un teatro de ópera solo es necesario dar al público lo que pide. Atraerle al teatro con propuestas que no le hagan dudar de gastarse el dinero.Que es un bien escaso y más hoy en día. Gestionar un teatro de ópera es más fácil de lo que parece, si se trabaja para el público. Cuando se hace para satisfacer egos propios mal curados sucede lo que en Madrid: Que para evitar 1/3 del aforo vacío en un anunciado a bombo y platillo estreno mundial de algo que cuesta trabajo llamar ópera, haya que regalar las entradas, prácticamente.

Y es que la ópera es un espectáculo que resiste agónicamente los ataques de tantos mal llamados aficionados, que solo lo son de ellos mismos, dispuestos a ocupar un teatro y convertirlo en su coto particular. En tal acción los grandes perjudicados son los aficionados de verdad, que disfrutan, pese a lo que pueda parecer, de una diversidad de estilos y títulos que abarcan 4 siglos repletos de obras maestras.

Y la ópera resiste por que todavía quedan voces, muy pocas, pero quedan, de verdad. Voces que no necesitan mas que de si mismas y del talento de su dueño para salir adelante y hacer disfrutar de este espectáculo, como el caso que nos ocupa.

Una obra que necesita cantantes.

Necesita virtuosos. Pero es una obra generosa que devuelve con creces el buen trabajo del artista. Trabajo incansable de horas de ensayo, vocalización, estudio y mejora. La opera se trabaja con la partitura, el piano, el maestro de toda la vida, la sensatez de elegir lo que conviene al cantante y el conocimiento de los propios límites. La ópera necesita divos del trabajo, no de la pasarela, de la pose, del Marketing. El trabajo crea ídolos de granito. El marketing los crea con pies de barro...

Y la Opera no necesita de estos.

Y digo esto, por que en el mundo de la ópera existe una ignorancia galopante en cuanto a lo que cuesta ser cantante. Nadie dice que no se elijan los ídolos que se deseen. Nadie dice que no se opine. Pero si el único argumento es "me gusta/no me gusta" o como en alguno en los foros, la calidad de las sopranos se mide en función de la talla del sujetador, que no se pretenda pasar por ilustrado. Ni se mienta, como cada día que pasa y según quien esté en escena, ocurre.

Pero los tiempos modernos han creado verdaderos "barras bravas" de la ópera, dispuestos a morir por el cantante que han elegido como si de su equipo de fútbol se tratara. Tal forofismo no solo es dañino para quienes no comparten el gusto por el cantante, también lo es para el propio cantante, que abducido por los aplausos,  el "Maestro!!! que bien estuvo anoche", que tanto se lee en Facebook, pierde la realidad y la verdadera noción de las cosas. Por perder pierde hasta el oído, ya que no se da cuenta del deterioro que sufre....El forofismo que crea hasta grupos universales, está dispuesto a mentir lo que haga falta para despejar el camino a su ídolo. Si por ellos fuera no habría otro cantando por el mundo.

Y es esta una aberración que amenaza seriamente a la ópera, por que mantiene en activo verdaderos desechos de la ópera. Y conste que no me estoy refiriendo a solo un cantante. Por que si solo hubiera un cantante en estas condiciones no sería malo. El problema es que hay mas de los que la ópera puede aguantar, por que cada vez somos menos los que nos gustan los buenos cantantes, sean quienes sean y el aspecto que tengan y crecen los forofos del solo uno.......Y entretanto las voces jóvenes muriéndose de asco en un rincón........

Ni tampoco de estos.

Si grave son los ignorantes metidos a críticos en los foros, todavía es peor los mismos ignorantes, sacados de estos foros, como "críticos de nuevo cuño" en recientes publicaciones digitales. Observen lo que escribe este "crítico guay" acerca del desempeño de Celso Albelo:

Su emisión sigue deparando más fortuna en el sobreagudo, brillantísimo y descollante (espléndidos re y si bemol), que en la zona media, menos asentada y homogénea en algunas notas de transición. Domina el canto a media voz y ofreció un precioso 'Prendi, l'anel ti dono', jugando a placer con las dinámicas aquí.

¿Se puede decir un sinsentido mayor? Se puede, pero ya resulta casi imposible, hasta para el firmante de la crónica.

El problema de estos tipos es que quieren parecer críticos de ópera. Un buen critico normalmente sabe sacar lo bueno y lo menos bueno. Y para eso hay que saber. Tener conocimientos. En el caso que nos ocupa, la ignorancia galopa a sus anchas.

Claro que peor fué una crónica anterior donde el firmante no solo muestra que no tiene ni idea. Como manifiesta públicamente un desprecio sin límites hacia el tenor canario, firmó una crónica mintiendo a placer. Que es el juego habitual que se trae en los foros, por cierto.

Señor "critico guay": Un sobreagudo descollante, un dominio de la media voz, un juego "a placer de las dinámicas" pasa sin posibilidad de engaño por una zona media y pasaje a prueba de bombas. Por que el centro y el pasaje, ES DONDE CANTA EL TENOR. La media voz requiere el uso impecable del apoyo respiratorio, de la proyección de la voz. El agudo necesita de un pasaje sólido como una roca. Un pasaje apretado o mal resuelto condena al agudo. El agudo no puede vivir sin un pasaje espléndidamente resuelto. Y el pasaje vive de una zona central homogénea en emisión, proyección, y uso de la respiración.

Por lo tanto, señor "critico guay", si quiere buscar el lado negativo del canto de Celso Albelo tendrá que estudiar un poco. Y a lo mejor, si la inteligencia le acompaña, puede que se dé cuenta que no encontrar nada negativo y reconocerlo, no significa ser un mal crítico. Al revés.

Los ejemplos musicales

Decía Pavarotti que el papel de Elvino era más difícil que el de Arturo, porque con La Sonámbula no se puede engañar al público. Elvino requiere un excelente fraseo en el registro medio y alto. Y añadía que si consiguiera cantarla tal y como debe ser cantada, dominaría el belcanto. Y por lo que vamos a escuchar, el artista canario ha tomado buena nota de esto. 

 "Prendi: l'anel ti dono": Este precioso dúo requiere del tenor un verdadero arsenal de recursos: Comenzando por la dulzura en el canto a media voz sin caer en el empalago,el generoso uso de la sfumatura para crear esa pintura de claroscuros tan sugerente y tan bella.

¿Ustedes creen que sin un dominio absoluto de la zona central de su voz se puede cantar así? Ya les digo yo que no.





"Ah! perchè non posso odiarti " Segundo ejemplo, que como no podía ser menos, vuelve a dejar con sus miserias al aire al "critico guay" que reconoce los bellisimos y brillantísimos ataques al agudo. Ataques directos desde el centro, valientes y rotundos añado yo. Al señor critico se le olvida comentar que, además de la valentía, la voz presenta el mismo color en todas las notas que acomete, cosa que solo es posible si el pasaje esta resuelto y la voz recogida. El paso al sobreagudo requiere un segundo giro al resonador de cabeza, segundo giro que sería imposible ejecutar careciendo de un control absoluto de la emisión y la respiración en la zona central, o zona media que dice aquí el amigo.





Acto I, final: 

Normalmente el último corte que suelo poner sólo sirve como refrendo de lo ya expuesto, y este no iba a ser una excepción. Pero no es un ejemplo inútil, como no suelen ser los ejemplos para refrendar lo expuesto. Sirve para comprobar que los dos anteriores ejemplos no son fruto de la casualidad, que el cantante estaba inspirado y me he aprovechado de ello.





Conclusiones: 

 En la ópera se recoge lo que se siembra. Y las malas elecciones de repertorio y/o la falta de trabajo se pagan caros. Aunque detrás del cantante haya miles de fanáticos dispuestos a aclamarle. Al final el que sale a escena es el cantante, y la garganta que debe responder es la suya. No la del representante ni la de los seguidores .El que se queda sin voz es el cantante, pero esto parece que a muchos se les olvida.

En el lado opuesto, y en Celso Albelo tenemos el ejemplo, lo que otorga reconocimiento al artista es el trabajo. El trabajo constante. La entrada de hoy es buen ejemplo de ello. Y la evolución desde aquella primera Sonámbula de Londres es notoria. En este Blog están los Audios. Quien quiera compararlos comprenderá que lo que escribo es simple y llanamente cierto: Con el trabajo se llega a todos los sitios. Los atajos de Marketing son peligrosos.

Apertil