lunes, 18 de mayo de 2015

Los Pescadores de perlas. Valencia 16 Mayo 2015





Sabado 16 de Mayo 2015. Palau de Música. Valencia.

Nadir : Dmitry Korchak (Tenor)

Leila :  Annick Massis (soprano)

 Zurga : Richard Rittelmann (barítono)

Nourabad : Nicolas Testé (bajo)

Coral Catedralicia de Valencia. Director Luis Garrido.

Orquesta de Valencia Director: Michel Plasson.


Hay que viajar más!

Últimamente estamos comprobando que si se quiere escuchar buena ópera, el Teatro Real no es exactamente la mejor opción (dentro de nuestras fronteras). No hace mucho  asistimos a una de las funciones programadas de "La Traviata" y la verdad, nos aburrimos como ostras. Menos mal que nuestro aliciente (Juan Jesús Rodríguez) no nos defraudó;  porque el resto fue una función anodina, carente de emoción, con un dúo protagonista discreto, siendo generoso, que no nos transmitió la mas mínima emoción. Por supuesto contó con la ayuda y complicidad del foso. En estas circunstancias ni me molesté en escribir crónica alguna y, a cambio, estoy preparando un pequeño monográfico sobre nuestro barítono favorito, que fue el motivo verdadero para asistir a la función del Teatro Real, mas me estoy desviando de la cuestión. 

Decía que la economía no nos alcanza para hacer una "gira" por los teatros de nuestra patria, ¡Ya nos gustaría poder hacer exibicionismo de poderío económico! que aunque esté feo,  a lo mejor tiene un gustirrinín que no hemos "catado" y oye, no será elegante, pero cualquiera diría que si no es con ostentación, no se sale de la categoría de pobre, de esos que tienen que ahorrar para poder ser pobres, que diría "El príncipe de Bel Air" :-D

 Así que nos tenemos que conformar, y damos gracias por ello, de poder de vez en cuando "escaparnos" del "día a día" , y asistir a excelentes espectáculos como estos "Pescadores" Valencianos que pudimos degustar el pasado sábado.

La dirección musical. 

El gran triunfador de la noche fue Michel Plasson. Sin discusión. No  por el alarde físico de dirigir de pie toda la obra a sus ochenta y dos "castañas" , porque si lo hubiera hecho sentado la calidad no habría disminuido, sino por el conjunto. Tenía en sus manos y bajo su dirección calidad a raudales, pero esto solo no basta: Hay que saber sacarle el mejor jugo posible y en mi opinión Plasson mostró a través de la música mucho de lo bueno que la Orquesta de Valencia tiene en su "bagaje" Gran Orquesta de sonido bellisimo y gran director. Matrícula de honor. Sabiendo además, que posiblemente no han tenido todo el tiempo que hubiesen querido para los ensayos. Lo que hace doblemente valioso su trabajo.

Plasson quedó encantado por el tributo del público al finalizar la ópera y nos ofreció un pequeño "bis" : Repitió el final de la ópera. Siendo secundado generosamente por Korchak, Massis y  Rittelmann. Yo nunca lo había visto. Al final de un recital si, pero no al final de una ópera y por expreso deseo del director. Ni que decir tiene que no le importó lo más mínimo a nadie y los que no tuvimos prisa en irnos y sí ganas de aplaudir a los artistas nos llevamos un grato recuerdo a casa, mayor del que ya llevábamos. 

El coro.

La coral catedralicia de Valencia posiblemente, y a mi juicio,  fue la segunda gran triunfadora de la noche, sin desmerecer al resto del elenco artístico. Lo primero que me llamó la  atención fue las mas que notables voces que formaban el conjunto. Voces de calidad muy superior a la media de lo que se escucha en los coros. Voces bien timbradas y excelentemente empastadas entre sí , ofrecían un sonido bello y homogéneo tanto entre las distintas cuerdas, como en su totalidad. Y si el coro masculino era de grandísima categoría, el coro femenino era de otro mundo.  El único "pero" que le puedo poner al gran trabajo de su director Luis Garrido, era el exceso de volumen exhibido por la coral. Supongo que tendrá sus buenas razones, pero a mí me hubiera gustado un volumen más "íntimo" . Consideraciones personales aparte hay que adjudicar un  Sobresaliente con mayúsculas a la Coral que posiblemente también sufrió la falta de tiempo.

Los principales intérpretes. 

La veterana soprano francesa  Annick Massis dió vida a  Leila, y lo de dar vida es quizás más que una frase hecha. Annick Massis demostró que ser fiel al repertorio natural trae saludable consecuencias: el dominio de la partitura exhibido  fué abrumador. Sin eludir ninguna de las dinámicas de la obra Massis nos deleitó con una exhibición de virtuosismo al servicio de la música y del personaje. Técnicamente impecable dictó con mano maestra la lecciones magistrales de cómo se ejecuta, por ejemplo, un "pianisimo", o cómo se sostiene el sonido en una "sfumatura" infinita....Tan solo en el dúo con Zurga tuvo un problema que yo achaco  a la vehemencia del momento de tensión, cuando trata de defender a Nadir. Y es que si en la parte mas romántica fue convincente, también lo fue en la parte mas dura del personaje. Magistral Annick Massis

El tenor ruso Dmitry Korchak fue el encargado de sacar adelante el rol de Nadir. Y salió bien librado, siendo dentro de los cantantes, el segundo triunfador de la noche. Y digo que salió bien librado por que estableció un antes y un después en la parte técnica. Su "rubicón" lo estableció en el aria "Je crois entendre encore" Y no cabe duda que consiguió su objetivo. Y me explico. Cuando Korchak sale a escena lo hace con la voz altísima. Su apoyo respiratorio era clavicular y yo me asfixiaba solo con escucharle. Sin embargo supo administrar bien el aire en la reducida columna que se había fabricado. El precio que paga en esta parte es que cualquier problema en la zona de paso se ve obligado a llevarlo al "falsete". No tiene recursos técnicos para pasar la voz y mucho menos cubrirla con una emisión tan alta. Y en ocasiones también "patina" a la hora de afinar. 

La voz de Korchar no es fea y ha ganado cuerpo desde que le escuché en el Teatro de la Zarzuela sacar adelante como pudo el "Stabat Mater" de Rossini. Tiene problemas con el paso de la voz y con la cobertura casi inexistente la mayor parte del tiempo. Además no termina de librarse de un cierto punto nasal que le afea la voz, muy musical por otro lado. 

Así las cosas llega el aria que ataca a media voz prácticamente en voz de cabeza, lo que ya le obliga a llevar al falsete reforzado cualquier nota por encima del fa3. El resultado no es feo sin embargo. Consigue un aria muy homogénea exhibiendo un canto elegante, que  es "marca de la casa" en el tenor ruso, y ataca todas las notas sin romperse, lo que tiene un mérito excepcional, por que el aria a plena voz ya es difícil. Y a media voz es para "hombres de pelo en pecho". Terminada esta parte que yo creo que Korchak quiere cantar así, llega la segunda parte: Ir bajando la emisión poco a poco, cosa que a lo largo del tercer acto consigue: El punto de inflexión fueron dos vocales "i", en la zona de paso, excelentemente colocadas que le valieron para poder cantar todo el tercer acto con la emisión mas baja y un mayor control respiratorio. Mejora en el tercer acto el pasaje y cubre algo más la voz que ahora sí, gana en volumen y proyección. Muy interesante, en suma, la preparación técnica del "Nadir" de Korchak. Interesante porque necesita un buen bagaje técnico para en la misma función hacer coincidir dos impostaciones tan distintas como la "voz mixta" y una especie de impostación "Italiana" El mayor riesgo que corre, en mi opinión, es el de acelerar el deterioro de la voz por que no consigue recogerla, sin abrirse, casi nunca.

Del tenor ruso, en resumen, me gustó su enfoque técnico, cómo planteó los distintos actos según lo que quería trasmitir y me gustaría que trabajara la zona de paso cuando baja la emisión. Como espectador me quedo con su tercer acto donde la voz cobra cuerpo y color, sin perder la belleza. Muy bien Korchak.

 El barítono suizo  Richard Rittelmann se encargó del personaje de Zurga. Rittelmann tiene  una voz escasamente timbrada, y mate. Es una voz pequeña pero bien aprovechada por el artista.  Lo primero que llama la atención es que la voz está muy bien proyectada y sin tener un gran volumen se nota que el sonido llega perfectamente a toda la sala. El color es homogéneo en toda la tesitura teniendo perfectamente resuelto el pasaje y la cobertura. Con los mimbres bien atados ataca sin miedo tanto la zona de paso como la zona alta de su tesitura. Lo malo es que su canto no es refinado. Es un hombre que luce cuando el personaje que interpreta está colérico, pero no conmueve si tiene que llevar ternura a la música. Con todo yo me voy a quedar con lo positivo: Técnicamente tiene muy bien trabajada la voz y es posible que el paso de los años le mejore. Bien, para mi, Rittelmann. Una buena preparación técnica siempre deja buen sabor de boca.

El personaje de Nourabad  lo cantó el bajo  Nicolas Testé que cumplió con su cometido de forma correcta.

Conclusiones.

Disfrutamos. Y mucho. La sensación de salir del teatro o auditorio con pena porque se ha terminado demasiado pronto y haciendo planes para buscar la siguiente salida es la mejor recompensa posible.

Madrid 18 Mayo 2015
Apertil  





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3 comentarios:

noX dijo...

Tengo una de esas dudas fuera de contexto. ¿Es habitual que las voces graves tengan menos volumen que las agudas? Lo digo pensando en cierta zarzuela en que la soprano casi me taladraba los oídos mientras que el bajo sonaba por debajo de la orquesta. ¿Puede la orquesta controlar esos desajustes?
Ya sabes que siempre agradezco mucho estas pequeñas "lecciones de audición".
Un saludo.

Apertil dijo...

Hola nox!!! Cuanto tiempo sin verte....jejeje. Por regla general suele ser al revés aunque hay muchos matices. Cada voz "de natura" tiene su propio volumen. Luego una buena técnica de uso de resonadores puede amplificar de manera notable ese volumen natural que tenemos.

Una voz grave, al tener unas cuerdas mas gruesas que una voz aguda es candidata a tener mas volumen, por regla general. Pero una soprano dramática tiene más volumen, seguro, que un bajo de los considerados "buffos".

En el caso que me cuentas probablemente se trate de un bajo muy lírico, de voz no muy ancha, de poca calidad y seguramente mal proyectada. De otra manera es difícil que una orquesta para una Zarzuela tape a un bajo de voz ancha.

La orquesta no puede controlar esos desajustes. La orquesta se afina a una determinada medida de diapasón, que además es estándar. Dicha afinación la marca el Oboe y suele ser un la a 440 Hz más o menos. Esta afinación se ajusta cuando sale el concertino a afinar la orquesta. Y una vez afinada se mantiene allí. Si el director desea para una obra una afinación mayor la establece desde el principio y si se mueve por deseo del director lo hace en pasajes determinados por la partitura, como nos pasó en la última traviata del Real. Lo que la orquesta no puede hacer es variar la afinación dependiendo del cantante. Si es el protagonista y tiene poca voz, desde el principio se afina a una medida de diapasón mas baja, pero no se cambia dependiendo de si está o no en escena.

Espero haber resuelto la duda ;-)

Saludos cordiales

noX dijo...

Duda resuelta.

En realidad ando por aquí con frecuencia, lo que pasa es que me limito a lo que puedo hacer: leer y preguntar.
Los comentarios casi es mejor que los deje en otras manos.

Gracias por las clases.