miércoles, 25 de julio de 2012

Aida desde el Liceu. Aullidos radiofónicos.

En Directo desde el Gran teatro del Liceo. Martes 24 de Julio de 2012.

Dirección musical: Renato Palumbo.
Aida:                        Sondra Radvanovsky.
Amneris:                 Ildiko Komlosi.
Radamès:                 Marcello Giordani.
Amonasro :         Joan Pons.
Ramfis:                 Vitalij Kowaljow
Rey:                         Stefano Palatchi
Sacerdotisa         Elena Copons
Mensajero:         Josep Fadó

Dice un contertulio habitual de este blog, que no le dé muchas vueltas, que la Opera está muerta. No le quiero creer porque todavía hay voces que merecen la pena ser escuchadas. Pero después de escuchar este "Verdicidio" no puedo sino abocarme al pesimismo más galopante. ¿Cual es la causa de la defunción? No hay solo una. Por un lado la crisis galopante de voces agudizada por la tiranía de los representantes y casas discográficas, cuyo único interés es ganar dinero a costa de lo que sea. Y por otro lado la falta de profesionalidad de los cantantes, de algunos, que insisten en cantar fuera de su repertorio, óperas que no están pensadas para su voz. Esto no sería grave si poseyeran una técnica exquisita y cantaran con su voz normal. Pero esto no sucede y se junta un repertorio inadecuado con la falta de técnica necesaria para acometerlo. Pavarotti no era el Radamés por excelencia, pero salia limpio del papel. Frente a este ejemplo nos encontramos a Marcello Giordani ladrando un infame Radamés. El principal problema, que comparte con el resto del elenco, excepto con Sondra, es la falta de fraseo. El canto a empujones, apretado, gritado, carente de recursos para matizarlo minimamente. Giordani lo fía todo al agudo. Al campanazo. Pero esto no es cantar Verdi. El agudo Verdiano viene precedido en no pocas ocasiones de un canto dulce y recogido. Es un agudo intimista sin gritos ni aullidos. El agudo verdiano es cómplice de las frases que le preceden. Y no se puede separar de ellas. El agudo verdiano no es un ente aislado. Forma parte de la frase y se debe a ella, a la intención de la frase. Para ello es necesario poseer un pasaje a prueba de bombas. Un pasaje que no tenga dudas, que sean tus mejores notas. Y nada de esto sucede con Giordani. Ausencia de fraseo, de matices. Un pasaje llorado, aviejado, llevado atrás de la garganta, apretado. Exactamente igual que el agudo, solo que este es llevado casi al grito. ¿El gran problema? Que no se cubre el sonido. Gran parte de sus problemas desparecerían recogiendo la voz en el centro, cubriendo el paso, y liberando el agudo.

Joan Pons como Amonasro, se despide de los escenarios con este papel. Y a fuer de ser sinceros podría haberse despedido sin cantar. Pons es un cantante que me aburre. De siempre. El centro no me dice nada, y los graves son inexistentes. Su fraseo pleno de silabas empujadas "Suoo PAdre!!! al comienzo de gran número de palabras rompe cualquier mínima linea de canto. Por otro lado, la subida a su zona alta es áfona totalmente intentando a base de Volumen compensar la falta de notas de la zona alta . Un canto monótono que mata el precioso papel de Amonasro.

 Ildiko Komlosi. como Amneris. Es el típico caso de cantante inclasificable. No parece soprano. No parece una "Mezzo". Es un "Expediente X" Como no tiene graves tiende a ahuecar la voz, a buscar sonidos espúreos en la zona medio-grave. Y solo consigue una falsa sensación de voz de "Mezzo". Falsa por que el canto no es límpio. No hay fraseo. Los agudos son forzados y a menudo gritados. Y con demasiadas desafinaciones en cualquier momento de la partitura.

Stefano Palatchi  como el Rey y Vitalij Kowaljow como Ramfís me ofrecieron la misma sensación: Dos voces que no son para el papel que están interpretando. Dos voces carentes de graves, de peso en el centro. Dos voces sin musicalidad. Dos voces mediocres. 


Y por último el mensajero de Josep Fadó, con diferencia el mejor de todo este elenco. 


¿Y Sondra Radvanovsky.? Compuso una Aida muy irregular. Su fraseo es lo mínimo exigible para una Aida. El problema es que no termina de transmitir nada. El papel está cantado bien, pero no transmite ninguna emoción. Por otro lado ya la llevo escuchando muchas desafinaciones en varias funciones. No es solo una nota calante, a veces son palabras o frase enteras las que se quedan caladas. El agudo final del aria del primer acto se quedó atrás, después de haber hecho una subida ejemplar. Pero en el ultimo momento el agudo se quedó empobrecido, sin armonicos, sin proyección, y sin rotundidad. Estas desafinaciones las tiene a lo largo de toda la Opera, y son desafinaciones producidas por la perdida del apoyo de la columna de aire. 


Por último Renato Palumbo, condujo de forma espléndida la orquesta del teatro.  El coro también estuvo a la altura de las circunstancias. 


El resumen de la función es un suspenso absoluto. No se pudo disfrutar de la maravillosa música de Verdi. Un reparto mediocre tirando a malo estropeó una maravillosa òpera.


Descanse en paz la Opera. 










4 comentarios:

Mocho dijo...

Yo ayer también me quedé un poco de piedra escuchando la Aida de la radio, porque parece que todos echaron los restos en la función del estreno, que me pareció más que correcta. Incluso Giordani, pese a ser un mamotreto pétreo, estuvo aceptable. La Komlosi, como dices, un auténtico expediente X. ¿Una soprano sin agudos? ¿Una mezzo sin graves?

paco dijo...

AMÉN, a dia de hoy los cantantes hay que encontrarlos con lupa, una verdadera pena. saludos paco

jmponcela dijo...

Si en realidad esto es muy fácil. Nombren tres tenores actuales capaces de cantar un buen Radamés. Qué digo trés, nombren sólo uno.

Pues eso. Que esto se ha acabado.

Katja U dijo...

Concuerdo en todo, salvo en lo referente a Juan Pons. A mi me encanta, y si bien la voz está un poco cansada después de los años largos de carrera, sigue siendo mil veces superior a cualquier baritono actual